'La mafia'

31 de Octubre de 2012
 'La mafia'
'La mafia'
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MANUEL GONZÁLEZ @m_gonzalezgcia
 
Hace algunos días leí con extraordinario interés el reportaje que el magazine JotDown dedicó a la mafia, más en concreto, a las organizaciones criminales esparcidas por la región italiana de Sicilia. Mi torpeza me impidió conectar la lacra que continúa golpeando a esta república europea con el trabajo humanitario que practica Cáritas, la red internacional de la Iglesia Católica enfrascada en la batalla contra la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación. La fortuna internauta me condujo hacia unas preliminarmente instructivas declaraciones de Rafael Rodríguez, secretario provincial de Comisiones Obreras en Córdoba. El sindicalista aprovechó la inauguración de un economato, en el humilde barrio capitalino de Las Margaritas, para comparar las operaciones de la institución que protege directamente a 24 millones de personas al año en 200 países y territorios de todo el mundo con la mafia.
 
Cáritas atendió a cerca de 2 millones de españoles a lo largo del funesto año 2011. A tenor de lo manifestado por el líder sindical, cabe imaginar que la ignorancia y el desconocimiento global han ocultado la obligación implantada por el organismo presidido por Sebastián Mora de pagar el pizzo –el impuesto que la camorra exige a comerciantes, empresarios o políticos- a aquellos ciudadanos que auxilia. Tampoco he logrado autentificar asesinatos, extorsiones o actos vandálicos consumados por ninguno de los 64.251 voluntarios que entregan su tiempo a Cáritas para ayudar a los más hostigados por la crisis. Las sospechas me soliviantaron cuando no conseguí constatar la implicación de ningún colaborador de esta acción sociocaritativa de la Iglesia en atentados con coche bomba, como el que segó en 1992 la vida del juez Paolo Borsellino en Palermo.
 
La validez de la equiparación formulada por el señor Rodríguez la descarté al conocer que CCOO ejecutó el despido de 24 empleados en Vigo con 20 días de indemnización, valiéndose de la reforma laboral con la que justificaron una huelga general; cuando supe que la Fiscalía denunció que esta confederación destinó 600.000 euros, previstos para la 'sensibilización de riesgos laborales', a la contratación de charangas y a la confección de pancartas; o al indagar sobre las conductas antidemocráticas y violentas de los indebidamente denominados piquetes informativos. La enseñanza que extraje de esta profunda confusión es la necesidad de comprobar toda revelación aunque el autor pertenezca a unos sindicatos más próximos al aparato partitocrático que a los trabajadores.

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