Andalucía, es la hora, ¡rebélate!

18 de Enero de 2012
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La temperatura casi primaveral que preside Málaga en estas fechas invita a pasear, sobre todo cuando el sol experimenta instantes de apogeo. Gracias a esta circunstancia, durante el mediodía de ayer pude observar un enorme cartel en el distrito malagueño de Teatinos donde se podía leer el siguiente eslogan: ‘Andalucía, es la hora, ¡rebélate!’

Los últimos movimientos del gobierno socialista que, prácticamente, reina en Andalucía han propiciado que el espíritu revolucionario inunde muchos corazones andaluces. Por ello, se ha extendido el pensamiento de que después de treinta años de puño y de rosa quizás haya llegado la ocasión perfecta para modificar la costumbre.

Curiosamente, el lema que encabeza estás líneas pertenece a la formación de Izquierda Unida. Incluso personas de diferentes ideologías o de distinta filiación partidista, pueden estar de acuerdo con esa afirmación y suscribirla.

Sin embargo, resulta cínico que el partido liderado por Cayo Lara haya escogido este lema y al mismo tiempo sea la fuerza política que esté sujetando al Partido Socialista Obrero Español, en este caso, en muchas ciudades de Andalucía como, por ejemplo, Lucena. No me lo digan. Ya sé que los pactos postelectorales son legales –faltaría más-, pero algunos de ellos adolecen de sentido democrático. Las convicciones éticas se apartan cuidadosamente si hay posibilidad de apropiarse de un trocito de poder.

El panorama no es más halagüeño al otro lado de la orilla. El Partido Popular de Andalucía se esfuerza en estas semanas en fastidiar al PSOE de la citada región situando a los alcaldes de ciudades como Córdoba, Sevilla o Huelva al frente de las candidaturas al Parlamento andaluz. Además, las ocurrencias, supuestamente en tono humorístico, del secretario general  del PP andaluz, Antonio Sanz, convierten los mítines en escenas poco recomendables.

El Ejecutivo liderado por Rajoy prepara un recurso ante el Tribunal Constitucional que anule la incompatibilidad de regidores y diputados autonómicos y, de esta forma, dilapide la ley promulgada en Sevilla, por cierto todo lo contrario a lo que Fraga hizo en Galicia. Los populares aguardan la adopción de medidas cautelares para que esta norma quede en suspenso. Ciertamente, la acumulación de cargos políticos nunca la he considerado eficaz salvo para el bolsillo del titular de los mismos.

En todo caso, la coyuntura económica de Andalucía, que roza el millón de parados, no permite el enfrentamiento constante entre partidos políticos, cuyo desarrollo no ofrece ningún rédito beneficioso para el ciudadano.

Pues sí, la situación apremia a una rebelión cívica en Andalucía, aunque el horizonte que nos conduce al veinticinco de marzo, fecha de los comicios regionales, reserva poca confianza a las papeletas que, si ejercemos ese derecho, hemos de introducir en las urnas.

Manuel González García
Twitter: m_gonzalezgcia
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