"El triunfo de la verdad", por Abderrahman El Ouazghari

04 de Febrero de 2019

La política está en el campo del conocimiento, las ideas y los debates. Es un género noble que se expresa a través de programas, análisis y reflexiones y evoca concepciones del mundo, ideales, compromisos y esperanzas. Pero la política aparece a veces vinculada a prácticas cuestionables: golpes bajos, manipulaciones y judicialización de la misma para fines electorales. Difundir rumores y calumniar al oponente pertenece al arsenal común que suelen utilizar algunos políticos de nuestra ciudad con el afán de conseguir lo que no han podido obtener en las urnas.

Esos políticos de la oposición han utilizado la justicia para distorsionar la política y el juego normal de la democracia. Los excesos que hemos presenciado a lo largo de esta legislatura forman parte de una cruzada judicial anti-alcalde y contra su equipo de gobierno, una campaña de descalificaciones sin precedentes. Su único objetivo es devaluar y calumniar para desestabilizar y desprestigiar. Son políticos decididos a utilizar la justicia para satisfacer sus intereses partidistas, sin pararse a pensar en el daño que causan a otras personas.

El sobreseimiento y consiguiente archivo decretado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Lucena respecto a las supuestas irregularidades en la contratación de espectáculos para la Feria del Valle de 2017 es el triunfo de la verdad sobre los que acusaron y decidieron de antemano, extrayendo del expediente sólo lo que podía servir a su interés político, utilizando el método clásico de sinécdoque para desacreditar el trabajo de un alcalde y de una concejala basándose en unos supuestos, estableciendo una relación mecánica entre ellos, mostrando una perfecta indiferencia ante el valor de la verdad. El valor de la verdad es el menos importante para ellos porque simplemente la verdad no interesa. La verdad, más exactamente, se confunde con su propio interés.

El debate político, por supuesto, llama a la crítica. Pero la crítica, como el debate en sí, solo puede tener significado y valor cuando tiene lugar en los plenos de control al equipo de gobierno y no en la sede judicial, como acostumbran algunos políticos de la oposición. Su objetivo no es refutar sino entorpecer el trabajo de un equipo de gobierno liderado por un alcalde honrado entregado a su ciudad.

Con el uso de la justicia para fines partidistas se corre el riesgo de socavar la democracia. Es un acto deshonesto, por no decir fraudulento, para engañar a la voluntad de los votantes y en consecuencia, para distorsionar el juego normal de la democracia.

Abderrahman El Ouazghari

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