Álvaro Contreras, manijero de la Humillación: "La santería no es una fiesta, es un acto de fe"

05 de Marzo de 2014
 Álvaro Contreras, manijero de la Humillación: "La santería no es una fiesta, es un acto de fe"
Álvaro Contreras, manijero de la Humillación: "La santería no es una fiesta, es un acto de fe"

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El origen de la santería que liderará Álvaro Contreras Maíllo (09-09-1989) se remonta al Lunes Santo del 2012. Por aquel entonces, Francisco Javier Jiménez, ahora contraesquina de la salud, mandó la cuadrilla de Nuestro Padre Jesús de la Pasión. El manijero de este año del Santísimo Cristo de la Humillación percibió aquellas sensaciones desde una estimulante cercanía. Apoya la unión del cofrade y el santero en una misma persona y pondera a su padre como su primer referente.
 
-¿Cómo definiría a su cuadrilla?
Como una cuadrilla de amigos, pero que, además, sean santeros. En cambio, yo tengo amigos que no sienten esta tradición y he preferido no aviarlos. Lo fundamental es que sean santeros.
 
-En este pasaje de la pasión Jesucristo aparece de rodillas, humillado, ¿cuál debe ser el paso de esta representación bíblica?
El paso exacto no lo tengo todavía muy claro. No obstante, sí pienso que, atendiendo al momento de la vida de Jesucristo que representa la imagen, no se debe apostar por un paso muy botao. Ha de ir un poco movido, pero sin que se vaya del hombro, en ningún caso se debe acercar al paso de la Columna, por ejemplo.
 
-¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrenta un manijero?
La gente con la que tratas. Especialmente, si con los santeros que compartes la santería son amigos porque es más difícil imponer cierta autoridad. Es fácil y difícil, a la vez. La confianza es notable e influye. Sinceramente, yo me creía que era mucho más sencillo. Por todo ello, en las juntas hay que exponerlo todo con claridad y todos han de comprender que, durante lo que dure la misma, las circunstancias cambian porque yo soy el manijero y me han de guardar respeto. Pese a todo ello, mis santeros se saben comportar y estamos pasando unos ratos muy buenos. A mí no me gusta ser exigente en ninguna faceta de la vida, pero les indiqué al principio que han de disfrutar esta oportunidad y que me hagan estar contento a mí. Por último, les trasladé que han de asimilar los consejos de mi padre, Juan Contreras, que es el manijero porrillas.
 
-¿Qué es lo que más le ha subrayado su padre desde su posición de porrillas?
Él siempre me va a intentando guiar y sugiriendo cómo debo hacer las cosas. Además, también tengo la suerte de que lo acompaña en su función Fernando Díaz. Son muy buenos amigos y se están volcando en todo momento.
 
-¿Es incompatible ser santero y cofrade?
En ningún caso, se pueden compaginar ambas cosas. No son aspectos antagónicos.
 
"Algunas cofradías podrían impulsar más actividades para generar más ingresos"
-¿Por qué se planteó ser manijero?
Cuando salieron mis amigos en la cuadrilla de Francisco Javier Jiménez, en Nuestro Padre Jesús de la Pasión, en el año 2012, me hubiera hecho mucha ilusión salir con ellos. Se me quedó una espina clavada y quería sacármela. También hay algunos amigos que salen conmigo y no realizaron aquella santería y he querido que bajo el trono de la Humillación salgamos todos los amigos.
 
-¿Las exigencias económicas de las cofradías a los manijeros son desmesuradas?
Yo he sido cofrade, he pertenecido durante muchos años a la junta de gobierno de la Hermandad del Sagrado Encuentro, y entiendo que las cofradías han de subsistir y para ello tienen que pedir lo que no se tiene. Los manijeros han de colaborar con ellos. Una cofradía no puede perdurar sin ninguna contribución. Sí es cierto que ciertas hermandades podrían impulsar más actividades para generar ingresos, pero, en este caso, la cofradías de las Servitas es activa y desarrolla muchas iniciativas que otras no hacen. Lo que a mí me han pedido no es tanto, es lo normal.
 
-¿Cómo debe ser una junta? ¿Existe actualmente demasiado protocolo?
Sobre todo, respetuosas y que las vivamos con armonía. Son cinco o seis juntas las que se comparten y son momentos que se experimentan una sola vez. Hay juntas mejores y peores, pero estoy muy contento con las que ha habido hasta ahora. En cuanto al protocolo, yo prefiero dejar que todo surjo, porque un guio estricto, se podrá mantener una hora o dos, pero no mucho más.
 
-Indique, en su opinión, lo mejor y aquello mejorable de la santería.
Lo mejor de la santería es el sentimiento que brota debajo del paso, cuando vienen momentos de flaquezas y tú mismo te enfrentas a ellos porque eres consciente de que llevas a Dios encima. La santería y la fe cristiana son inseparables, en caso contrario, esta tradición lucentina no tendría sentido. Hay gente que piensa que una santería es ir a pegarse una fiesta, pero yo no lo veo así y se lo intento transmitir a mis santeros, cuando hay cultos, cuando vamos a las eucaristías, etcétera. La santería es un acto de fe.
 
-¿La santería ha de renovarse o recuperar enseñanzas y costumbres del pasado?
Estoy conforme con la situación actual de la santería, habrá gente que la critique, como se critica todo, pero para mí es una época del año que siempre la vivo con ilusión después de esperar todo el año a que llegue.
MANUEL GONZÁLEZ

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