Entrevista a Antonio Crespillo: Hermano Mayor de la Real Archicofradía Aracelitana

29 de Abril de 2011
 Entrevista a Antonio Crespillo: Hermano Mayor de la Real Archicofradía Aracelitana
Entrevista a Antonio Crespillo: Hermano Mayor de la Real Archicofradía Aracelitana
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Si hay un hombre que en estos días se multiplica para atender todos los aspectos relacionados con la organización de las Fiestas Aracelitanas ese es Antonio Crespillo Guardeño. Este profesor de Física y Química es desde el año 2007 el Hermano Mayor de la Real  Archiofradía de María Stma. de Araceli, en al que se inicio como hermano en 1996 y en la que con anteriores Juntas de Gobierno desempeñó el caso de Delegado de Difusión y Propaganda y Vicehermano Mayor. Además, su actividad cofrade no se limita a la cofradía aracelitana, ya que también desempeñó durante seis años el cargo de hermano mayor de la hermandad del Stmo Cristo del Amor y Ntra. Sra. de la Paz, a la que pertenece desde los 14 años.
 
-Lucena se apresta a vivir las Fiestas Aracelitanas ¿qué sentimiento invade al hermano mayor de la Cofradía de María Stma. de Araceli ante unas nuevas fiestas?
-El sentimiento propio de la responsabilidad que esto trae consigo, respecto a la organización de todos los actos de culto que la cofradía realiza. Desde que la Virgen entra a Lucena ésta se transforma y cada momento cobra una importancia especial. En las fiestas pesa la tradición, la enorme devoción que suscita la Virgen de Araceli. Ella nos trasciende, hace que pensemos en los que ya no están y vivieron su fiesta, y también en los jóvenes, en los niños, en los ancianos, etc. La Virgen de Araceli desata todo un caudal de sentimientos a nivel general, y el hermano mayor nunca es una excepción. Así lo he vivido siempre, y así espero vivirlo cuando termine mi servicio en la Real Archicofradía.
 
-¿Es la Cofradía un ente dinámico o pesa demasiado la tradición?
-Las líneas básicas de la celebración ya están marcadas. El programa es casi conocido a priori, antes de su edición. Es verdad que pocas cosas cambian de un año a otro, pero a pesar de ello la cofradía intenta innovar, mejorar en cada cosa que sea posible, y fuera del calendario del mayo festivo, cuando se puede, incorporar nuevas celebraciones en el Santuario. A pesar de este presunto estatismo, nada más lejos de la realidad, la hermandad es un ente dinámico que tiene vida, donde se crean relaciones personales, donde se comparte mucho tiempo en pos de unos objetivos.
 
-¿Cuántos lucentinos son hoy hermanos de la cofradía?
-A pesar de que muchísimos se declaran aracelitanos, en lista hay poco más de dos mil doscientos  hermanos. La cuota para serlo creo que está al alcance de cualquiera, incluso a personas que lo han solicitado, han quedado exoneradas de dicha cuota por pasar situaciones personales complicadas. Sería muy deseable ampliar esta cantidad, que aunque pueda parecer elevada, para una cofradía patronal, en base a lo que la Virgen de Araceli mueve, es poca cantidad. Esta es la tónica de los lucentinos para todo, volcados en ocasiones y al día siguiente apáticos. Para ser cofrade hay que tener constancia en el trabajo, sobre todo si se es miembro de una junta de gobierno.
 
-Supongo que tras la organización de unas fiestas hay un intenso trabajo por parte de la Junta de Gobierno de la cofradía. ¿cuándo se inicia el grueso de las tareas organizativas de las fiestas?
-Prácticamente desde el tercer domingo del mes de septiembre en que se celebra la asamblea general de hermanos. Allí se cierra un curso cofrade y se abre uno nuevo. Se presentan y se aprueban, o se desestiman, los proyectos que se han de desarrollar o los cambios que se pretenden introducir.
 
-¿Qué acto requiere un mayor esfuerzo a nivel organizativo?
-Si se lo preguntas al secretario te diría que la Ofrenda de Flores, donde se invita a todos los grupos y asociaciones de la localidad, si le preguntas al mayordomo, evidentemente la procesión es lo que genera más trabajo. Para los tesoreros el besamanos o la cena de hermandad y para el delegado de cultos la Novena. El hermano mayor, para bien o para mal, debe estar en todos esos frentes.

-Hemos conocido que el ayuntamiento destinará este año unos 90.000 euros a las fiestas ¿cuánto dedica la cofradía a los actos de carácter religioso?
-No hay que confundir las cosas. Los actos religiosos no entrañan gastos extraordinarios, porque para celebrar a la Virgen con la eucaristía bastaría. Y eso, es además de barato gratificante en todos los aspectos. Aquí se combinan muchas cosas, por ejemplo, en la Ofrenda de Flores actúan tres bandas de música que paga la Real Archicofradía. Es un acto hermoso de fiesta que no es de culto y yo diría que no es estrictamente religioso, aunque sí bastante tradicional. La procesión de su día no sería la misma sin la actuación de otra banda de enorme prestigio, la agrupación Santa María Magdalena de Arahal. Cuando llega la patrona a Lucena tenemos gasto en cohetes, todos los de la Bajada o Subida, y pocas personas saben que corren a cuenta de la Archicofradía. Hay muchísimo gasto en flores, se apoya la limpieza de la parroquia con una persona y se gratifica en lo posible a quienes cantan o celebran la misa, etc. Hay gastos de alojamientos y atención a pregoneros y predicadores, impresión de cartelería, repartos a los hermanos, cera, etc. Este año también se participará con un tercio de los gastos de la orquesta del conservatorio Maestro Chicano Muñoz, que hasta ahora la venía sufragando el Excmo. Ayuntamiento. Muchas cosas que sumadas pueden sobrepasar los veinticinco mil euros fácilmente. Con el dinero de las cuotas de los hermanos no saldrían adelante ni siquiera las Fiestas Aracelitanas tal cual están concebidas. Y luego está el mantenimiento del Santuario y la Casa de la Virgen.
A nivel general pienso que hay escaso compromiso de los hermanos, no solamente en esta cofradía, en Lucena prácticamente en todas. Y gran parte de la actividad se fundamenta en el trabajo, a veces intensísimo, de los miembros de la Junta de Gobierno. Me parece que esta poca vinculación  e implicación en Lucena es una pobreza en todos los sentidos.
 
-Las fiestas marcan la culminación del ciclo Aracelitano  pero la Virgen está muy presente en el corazón de los lucentinos durante todo el año también en el Santuario ¿no?
-Efectivamente, así es. De los lucentinos y de los muchísimos devotos o peregrinos, que en plan turístico o devocional lo visitan. El responsable máximo de la Conferencia Episcopal Española se quedó atónito cuando comprobó el horario de apertura del templo, y manifestó que era el más amplio que conocía. A pesar de eso, en muy pocas veces he subido al Santuario y ha estado sola la Virgen. Siempre hay alguien.
 
-¿Qué destacaría de la labor realizada en este año por la Cofradía?
-La verdad es que este año es un año de transición por varias circunstancias, aunque la cofradía ha desarrollado sus actos con toda normalidad. Venimos de la restauración integral de todo el tejado del Santuario y ahora estamos recuperando el aliento económico. Por otra parte, este año será el último de la actual junta de gobierno, puesto que en septiembre se han de convocar elecciones a hermano mayor. Aún así se han marcado las pautas para la celebración del 450 Aniversario de la llegada de la Virgen a Lucena, o de la existencia del primer dato escrito sobre la Virgen de Araceli, como he oído comentar en la televisión local recientemente. Este año 2012 se pretende que sea año jubilar, un año de gracia para la iglesia lucentina por la efemérides que se celebra, potenciado con actos religiosos y caritativos. Ha seguido funcionando el taller de María, que está bordando dos mantos en oro fino, uno de procesión para el trono de romería, en color azul y otro rojo de camarín. Han continuado desarrollándose las jornadas de la juventud, con la celebración este año de las jornadas mundiales, donde el Santuario va a tener un papel destacado para el grupo de jóvenes que lleguen a esta diócesis de acogida. Se va a estrenar la réplica del estandarte de la Archicofradía, por deterioro de la pieza original, y se han restaurado varios lienzos en el Santuario, así como algunos retoques en el camarín. He de decir que esto no hubiera sido posible sin la entrega desinteresada de don Justo Romero Fabero. Y la asociación Torre del Moral, poco a poco, también está rescatando piezas de interés para el Santuario.
 
-¿Qué retos tiene planteados la cofradía en estos momentos?
-Creo que retos como tales ninguno. Pero proyectos, sí se quedan en el tintero la restauración de las pinturas de la bóveda del templo, una vez se han subsanado los problemas de filtraciones de agua y goteras. El Santuario tiene un problema de aparcamiento, y aunque existe un proyecto, las circunstancias económicas de las instituciones no son ahora mismo las mejores. Ésta sería una obra pública, la cofradía puede animar, apoyar, pero nunca realizar la infraestructura.
 
-Recientemente se ha inaugurado un parque con el nombre de la Virgen de Araceli en Málaga ¿Qué papel juegan las cofradías filiales?
-Tienen un papel importante. No deben ser un fósil nostálgico en el tiempo, antes bien, trabajar y sentirse como cofradías, en sus diócesis respectivas, dentro de sus correspondientes parroquias, y con un vínculo hacia la Virgen de Araceli lucentina. Mi impresión es que en los lugares donde las hermandades se han reforzado con hermanos que no son oriundos lucentinos, la devoción, que es lo que importa, se ha revitalizado.
 
-Otras de las novedades de este año ha sido la nominación del Santuario con el nombre de Real ¿Cómo se gestó esta iniciativa?
-Fue una circunstancia nacida fruto de las gestiones realizadas hace cuatro años para alcanzar oficialmente el título de real para la archicofradía. Pensamos que podría ser un estímulo para acudir al Santuario y puestos en contacto con la Casa Real, siempre con el apoyo institucional del Excmo. Ayuntamiento y del Obispado, ha sido cuestión de tiempo. Hoy día nos alegramos  por esta distinción, y esperamos que se refrende el el próximo año con una visita de algún miembro de la Casa Real.
   
-La ratificación del Patronazgo de la Virgen de Araceli sobre el Campo Andaluz sigue siendo un sueño de todos los aracelitanos ¿cree que será una realidad algún día? ¿qué pasos se están dando en este sentido?
-Pues, sinceramente, me gustaría pensar que algún día se hará realidad. Los Obispos del Sur parece que no tienen un acuerdo claro sobre el tema, y he de decir que seguimos en la brecha siempre, intentando conseguir este ansiado Patronazgo. Durante este tiempo se presentó  un dossier a dicha asamblea, defendido por Monseñor Asenjo Pelegrina, y lamentablemente no tuvo efectos positivos. Era la tercera ocasión que llegaba el tema a dicha asamblea, y tampoco dio fruto.
 
-Contar con unas fiestas declaradas de interés turístico nacional debe suponer también un importante reto de cara al futuro ¿considera que es posible enriquecer más aún el programa de actos de estas fiestas en su aspecto religioso o lúdico?
-En el aspecto religioso se pueden reforzar algunos actos, pero no hay más tiempo material en el calendario, ni creo sería oportuno. Pero en el aspecto lúdico creo que sí.
 
-Vivimos una etapa de crisis ¿se nota también en la cofradía?
-La crisis se nota en todos los ámbitos de la sociedad, y las hermandades no son ajenas. Hay mayor devolución de recibos, a veces, bajas inexplicables de personas que dan orden al banco de restringir todos los cargos. Por nuestra parte se nota en el sentido que intentamos aunar dos cosas, dignidad en las celebraciones y austeridad. Lo sugerimos también a los manijeros de la Virgen a la hora de preparar sus juntas de santeros. Y cuesta horrores sacar adelante las publicaciones propias de la cofradía, que se sustentan en colaboraciones publicitarias.
   
-Y ¿cómo participa la cofradía de la caridad con respecto a esas personas que hoy precisan la ayuda de los demás como consecuencia de ese crisis?
-La Archicofradía siempre ha estado por encima de lo que estatutariamente le correspondía en aspectos caritativos. Ha sido y es una norma de la casa. Participamos en la campaña de caridad que en Lucena se organiza en Navidad con una suma importante, además destinamos el ingreso de los donativos del Belén y de la Casa de la Virgen durante la Navidad. Todos los meses tenemos una cantidad suscrita con la iglesia diocesana para dicho menester. Colaboramos en todas las campañas sociales de la iglesia y atendemos las necesidades personales más cercanas que se nos plantean.
   
-¿Cómo calificaría la colaboración con el Ayuntamiento de Lucena y la aportación que realiza éste a las fiestas?
-Las relaciones con el Ayuntamiento son cordiales, como creo han de ser a nivel institucional, por encima de cualquier circunstancia personal de amistad o enemistad. He de decir que a la Real Archicofradía se la escucha y se la atiende en el Ayuntamiento, que por otra parte, es patrono de la Fundación Obra Pía.
En el aspecto económico yo distinguiría el gasto en las fiestas, que no voy a entrar a valorar, y el dinero que se destina a la Cofradía, que es nulo, puesto que no se recibe subvención, como es el caso de la Agrupación. Pero es evidente que las Fiestas Aracelitanas, incluso en su vertiente religiosa, entrañan un gasto importante para las arcas municipales o la participación del personal se servicios y mantenimiento. Para este hermano mayor necesariamente siempre será poca la colaboración, y seguramente que para los representantes municipales la suficiente. Siempre debe haber un equilibrio. Entiendo que hay muchas necesidades y que el dinero público hay que emplearlo adecuadamente. Pero siempre tiene uno la espinita de pensar que las Fiestas Aracelitanas, la devoción a la Virgen y su patrimonio son un activo importante para Lucena, que siempre se publicita y que en ocasiones no se potencia tanto como otras actividades que tienen menos tirón popular, y que de no ser por subvenciones ni siquiera hubieran visto su inicio.
Me parece estupendo que la recaudación de la fiesta del pregón se invierta en asuntos sociales. Mari Carmen Aguilera tiene una doble papeleta con Fiestas y Asuntos Sociales, y humanamente sufre en ocasiones con gastos que se consideran superfluos cuando ve la necesidad que hay en Lucena.
 
-La Casa Museo de la Virgen se ha convertido en un elemento fundamental para conocer la historia de la devoción aracelitana en Lucena ¿se plantea la Cofradía mantenerla abierta como un elemento visitable más de la ciudad?
-Esa sería nuestra ilusión, pero lamentablemente no tenemos medios humanos para hacerlo. Para abrir la casa estamos los miembros de la Junta de Gobierno, y he de decir que llevamos unos meses con asistencia de tres o cuatro autobuses semanales a la Casa. Allí, en nuestra proyección audiovisual, también “se vende” la imagen de Lucena y sus raíces. El esfuerzo es importante para las personas que voluntariamente atienden a los peregrinos.
 
-Existe algún proyecto de futuro vinculado a este importante edificio aracelitano.
-Existen necesidades que se observan. Es necesario un ascensor, puesto que algunas de las personas que visitan tienen cierta edad, y dos plantas suponen un obstáculo. La Casa, en cierta forma, se ha quedado ya pequeña, y admitiría una posible ampliación. Y respecto  a lo que se expone, creo que debe ser más didáctico, tener un orden lógico e incorporar mayores elementos de seguridad, de información y tecnología audiovisual.
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