José Antonio Luque enaltece a María ante la Virgen de Araceli (vídeo y fotos)

04 de Mayo de 2013
 José Antonio Luque enaltece a María ante la Virgen de Araceli (vídeo y fotos)
José Antonio Luque enaltece a María ante la Virgen de Araceli (vídeo y fotos)

.

MANUEL GONZÁLEZ @m_gonzalezgcia
'Quisiera ser su santero, Virgencita de Araceli, pero yo no puedo y sabes que yo quisiera, pero llevarte no puedo, permítame que me convierta en pregonero de tu hermosura y tu gracia'. Con esta confesión empezó su pregón José Antonio Luque Delgado. Una proclamación extraordinariamente documentada, extraída de lo más hondo de su alma lucentina y cristiana y en la que elevó a María de Nazaret a los altares del cristianismo.

La naturalidad y la sencillez de este periodista se evidenciaron cuando, ayudado por sus muletas, recorrió la alfombra roja que unía el Ayuntamiento de Lucena y la parroquia de San Mateo y también al demandar afablemente a los técnicos que subsanarán los injustificables problemas de sonido. José Antonio Luque Delgado combinó prosa con poemas propios y ajenos, como por ejemplo de Rafael Alberti, y, además, oraciones como alguna de San Agustín.

El pregonero de María Santísima de Araceli en el año 2013 se empeñó y consiguió constatar su origen lucentino, difundió una inquebrantable fe cristiana y sorprendió a los oyentes al relatar pormenorizadamente la historia del viaje de la Virgen de Araceli desde Roma a Lucena.

José Antonio Luque reconoció que en Lucena aprendió a querer y agradeció a la Virgen de Araceli el regalo de fe. 'Tus ojos y los ojos de tu Hijo nos sirven de modelo', sentenció el referente de Canal Sur Radio en Córdoba. Con su voz penetrante señaló que la gente necesita la mirada cercana alguien que le acompañe y le ayude y que, a través de esa mano, se ve la mano palpable de Dios. Sostuvo que la Virgen de Araceli es capaz de encandilar tanto a creyentes como a no creyentes y lo ejemplificó con la figura de Rafael Alberti.

'¡Qué privilegio nacer en Lucena!' clamó José Antonio Luque, pregonero al que alumbró su compañero en los menesteres radiofónicos Miguel Ángel de Abajo. 'Lucena me recuerda a los sueños en brazos de mi madre. Lucena es el veneno santero de mi familia. Lucena es Araceli. Lucena es el velón que me ofrecieron en mi boda. Lucena es Nuestro Padre Jesús Nazareno. Lucena es la Virgen de Araceli, madre protectora a la que siempre podemos recurrir', manifestó José Antonio Luque.

'Querríamos conocerte mejor para quererte cada día más, Virgen de Araceli'. Con esta idea introdujo la parte en la que exaltó a María de Nazaret. Recurrió al Evangelio de Lucas y entonó el magníficat, un canto que dirigió al Señor la Virgen María en la visitación a su prima Santa Isabel, y que se reza al final de las vísperas.

Presentó a María como una joven israelita al que le sobrevino el parto fuera de su casa y la definió como una mujer observadora y reflexiva que guardaba muchas cosas en su corazón y que estuvo con su Hijo en la Cruz cuando todos lo abandonaron y, más tarde, siguió con los discípulos de Jesucristo.

De la vida de María resaltó su cercanía con los necesitados, los marginados y los excluidos y la calificó de portadora de una religión incrustada en el interior de su corazón.

'Cualquier niño de Lucena podría contar la historia del traslado de la Virgen de Araceli desde Roma hasta la Sierra de Aras', comentó desde el atril de San Mateo. José Antonio Luque narró de modo espléndido y detalladísimo la decisión de Luis Fernández de Córdoba de proporcionar a Lucena una escultura del Altar del Cielo. Un derroche de sabiduría 'Los lucentinos se enamoraron de la Virgen de Araceli a la primera vista', indicó José Antonio Luque.

Este lucentino adoptado por Córdoba citó algunos principios del Concilio Vaticano II y lo catalogó como un intento de abrir las ventanas de la Iglesia y hacer accesible Jesucristo a la gente. Regresó a su propósito de explicar la función de María en la Iglesia y la situó, después de Jesús, en el lugar más alto y, a la vez, en el más próximo a los cristianos. 'Ella sobresale entre los pobres del Señor y el Padre la adornó con los dones del oficio de dar la vida', apuntó José Antonio Luque. 'María es el rostro femenino de Jesús, un ejemplo de santidad conquistada con el sufrimiento, aprendamos de ella, acudamos a ella. Ser santo es un proceso radical de humanización'.

Comparó a la Virgen de Araceli con esos nuevos lucentinos –los inmigrantes- a los que las pésimas condiciones de vida los obligan a apartarse de sus tierras y aseguró que la caridad hace al hombre inmaculado. 'Dios elige a los débiles para hacer dudar a los fuertes', dijo el pregonero. 'Que nadie sea víctima de la incomprensión y el desprecio', rogó José Antonio Luque, quien elogió el trabajo de las Administraciones, Cáritas, las oenegés, las familias y los abuelos para ayudar a los que lo pasan mal. En una de las últimas frases, José Antonio Luque defendió que el proselitismo se consigue con el comportamiento, encumbró a la persona como el centro de todo e insistió en que Dios es el padre de todos. El pregonero se despidió, por ahora, de Lucena y de la Virgen de Araceli acompañado escoltado por el cariño, la admiración y los aplausos de sus paisanos.

.

Archivado en
Suscríbete a nuestra newsletter
Ahora también te mantenemos informado a través de nuestra newsletter diaria. Si deseas recibirla en tu correo electrónico solo tienes que registrarte como usuario completando tus datos en este enlace. Es un servicio totalmente gratuito de LucenaHoy.