Julián Ranchal, manijero de la Bajada: "Somos unos privilegiados; muchos fallecieron sin salir en la Virgen"

17 de Abril de 2014
 Julián Ranchal, manijero de la Bajada: "Somos unos privilegiados; muchos fallecieron sin salir en la Virgen"
Julián Ranchal, manijero de la Bajada: "Somos unos privilegiados; muchos fallecieron sin salir en la Virgen"
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Por su mediación y dedicada a él. Julián Ranchal Ranchal (24-01-1963) recibió la llamada de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli justo un día después de despedir por última vez a su padre. La Patrona regresará a Lucena este Domingo de Resurrección a hombros de un grupo de amigos gestado y consolidado en el Pilar de la Dehesa. La cuadrilla de la Bajada le entregará la Virgen a su pueblo, a cristianos y a aquellos que no lo son y experimentan a su manera el sentimiento aracelitano. Así lo cree un manijero que eleva a Jesús Nazareno y a su Madre al pedestal más alto y al que cualquier persona recurre en las coyunturas delicadas.
 
-Aracelitano, cristiano y santero. ¿En qué orden sitúa estos calificativos con respecto a su persona?
En primer lugar, cristiano, por supuesto. Cristiano, apostólico y romano. Después aracelitano y, por último, santero.
 
-¿Cómo se fraguó esta santería?
Es una santería para nosotros. Digo para nosotros porque, aunque yo soy el manijero, somos un grupo de amigos del que yo soy la cabeza visible. Esto nació hace muchísimo tiempo, tanto es así que la manijería la habían pedido antes otros amigos, que hoy ya ni salen conmigo porque ya son mayores, aunque yo creo que podían haber salido perfectamente en la Virgen porque son santeros y están en actitud de salir. En todo caso, no lo han considerado así y han dejado paso a sus hijos. Algunos de los miembros de este grupo renunciaron a la carta porque no le otorgaron la manijería. Luego hubo otra petición y tampoco se consiguió y, por último, entré yo. A los siete años he tenido el gran honor de ser manijero. Es un reconocimiento a este grupo de amigos que estábamos esperando con mucha inquietud y ansiedad ser santeros de la Virgen. En total, han sido quince años aproximadamente. Durante los veranos nos solemos juntar en unas casas que están ubicadas en la zona del Pilar de la Dehesa. Yo soy de nueva incorporación. Es un grupo de amigos tan bueno que llevan muchísimo tiempo juntándose durante casi tres meses y siguen los mismos. Yo solicité la manijería a título nominal, pero apoyado en este conjunto de personas.
 
-¿Por qué se decidieron por la Romería de Bajada?
En mi caso, con 51 años que tengo, considero que estoy pasado de fecha para ser manijero en su Día. Tampoco he tenido la oportunidad de salir el primer domingo de Mayo. Sí salí en la Subida, en el año 2012. Los que formamos la cuadrilla, a excepción de los hijos de algunos miembros, tenemos ya cierta edad. Con todos mis respetos a la Subida, la considero algo más triste y melancólica, porque Nuestra Madre se va y deja su casa en Lucena. Sin embargo, la Bajada es alegría, primavera, abril, todo el mundo espera a la Virgen y se la entregamos al pueblo de Lucena. Es más emotivo y más grandioso y nos causaba a nosotros, particularmente, más buenas sensaciones.
 
-¿Qué ha ocurrido para que precisamente haya sido este año el de su designación para guiar a la cuadrilla de la Bajada?
Hay muchas personas que quieren ser manijeros de la Virgen y desconozco los criterios exactos que aplica la cofradía. La edad puede influir porque el que es joven tiene más tiempo de salir. En este caso concreto, enterramos a mi padre el día anterior a la decisión de la junta de gobierno. Quizás él ha intercedido, yo lo creo así. Él sabía que la tenía pedida. Para mí, la clave ha sido la ayuda de mi padre.
-Su cargo como concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Lucena, ¿le ha perjudicado o beneficiado para ser elegido manijero?
Sinceramente, una vez que ha pasado, ni una cosa ni la otra. Mi condición de concejal no ha influido en nada para que yo sea manijero de María Santísima de Araceli. No obstante, si es cierto que yo pensaba que me podía perjudicar. A mis amigos les dije que lo veía difícil mientras yo fuera concejal, no por nada, sino porque pensaba que la cofradía no querría señalarse. Son ideas mías porque la junta de gobierno de la cofradía nunca me ha dicho nada. Pensaba que no iba a ocurrir y afortunadamente me equivoqué.
 
-¿Es la Virgen de Araceli el principal elemento aglutinador de Lucena?
La santería es el elemento aglutinador máximo en Lucena. Sin embargo, en las de Semana Santa o de verano, no tiene participación casi ninguna la mujer. Aunque, de hecho, las mujeres estén siempre al lado del santero. En cambio, la Virgen de Araceli sobresale dentro de la santería porque las mujeres la viven más. Nosotros hemos realizado cinco juntas de santeros y tres convivencias familiares. Las mujeres han estado con nosotros, incluso han cantado saetas de santerías. Además, en la última junta, como consecuencia de la petición de mi hija -que es cofrade y le gusta la santería- de estar con nosotros en la entrega de la almohadilla y la faja, programé que estuvieran ella y mi mujer. Conociendo esto, mis santeros prepararon una sorpresa y no solo apareció mi familia, sino la del resto de la cuadrilla. Todo esto ocurrió cuando terminó la junta y empezó el acto de transmitir la almohadilla y la faja. Un momento emotivo y de unión que no se experimenta en otra santería.
 
-¿La Patrona de Lucena es la imagen a la que todos se aferran?
Para que los lucentinos y los no lucentinos se acerquen a la Virgen de Araceli no hace falta que sean cristianos, que vivan o practiquen la religión. María Santísima de Araceli une a todo el mundo y la quiere todo el mundo, casi todos son devotos de ellos. Muy pocos lucentinos, sean de la ideología política o religiosa que sean, no piensan así. En algunas ocasiones, antiguamente, concejales de Izquierda Unida han salido detrás de la Virgen y han participado en sus actos. La Virgen de Araceli se alza sobre todo. Personas que no son cristianas van y ven a la Virgen. Cada uno lo vive a su forma y a su manera. Igualmente, ocurre con Nuestro Padre. Infinidad de personas van a verlo y a pedirle y en los momentos difíciles los lucentinos se acuerdan de ellos.
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-¿Uno de los ratos más desagradables de un manijero de la Virgen de Araceli es descartar a personas para conformar la cuadrilla?
Es cierto. Lo que ocurre es que en este caso concreto ha pasado, pero en muy poca medida. Con los amigos que formamos este grupo casi estaba hecha la cuadrilla, no sobraba nadie. Particularmente, como manijero, si he tenido algunas dudas o problemas en lo referente a ciertos amigos o familiares. He aviado a mis antiguos amigos santeros, solo un par de ellos, que eran los sitios que faltaban y algunos familiares. Se han quedado atrás familiares y muchos amigos. Diecisiete santeros estaban de antemano.
 
-¿Qué es lo que le han aportado sus santeros?
Nada más que alegrías. Estos viejos amigos que nos conocíamos de toda la vida, pero, normalmente, no hay ocasión de compartir ratos, estamos disfrutando de estos cuatro meses. Hemos recordado cuando nos juntábamos de tarde en tarde. Hemos rememorado aquellos ratos que pasábamos de niños, en las procesiones infantiles, por ejemplo, y, más tarde, en diversas santerías. Así todo una convivencia presidida por esos recuerdos de antaño que nos han brotado del corazón. En cada junta se ha rememorado una amistad nunca perdida, pero un poco aparcada por las circunstancias de la vida. De igual modo, la Virgen me ha dado una oportunidad para estar mucho tiempo junto con familiares.
 
-¿Por qué ha decidido que a sus juntas asistan bastantes invitados?
Considero que la Virgen de Araceli admite, no solo una junta de santeros propiamente dicha, sino una junta con más invitados que también forman parte de la cuadrilla. Y como es así, pues han estado en las juntas. Han acudido todos mis amigos y familiares que no han podido salir. Nosotros la llevamos en nuestros hombres, pero ellos también son partícipes. Ha habido alegría y se han cantado fandangos. Quería que todos disfrutaran con nosotros cuantas más personas mejor.
 
-¿Qué es lo que más le ha repetido a su cuadrilla?
En todas las juntas, y en las convivencias, siempre he empezado diciéndole dos cosas. En primer lugar, hacerles saber que salimos en Nuestra Madre, en la Patrona de Lucena, en la Virgen de Lucena. La llevamos sobre nuestros hombros, algo que muchos lucentinos han fallecido sin poder hacerlo. Y les hubiese gustado. Porque creo que a cualquier lucentino, sea o no sea santero, le hace ilusión. Esto lo deben tener en cuenta, somos unos privilegiados. Por otro lado, una segunda cuestión, para darles fuerzas y mentalizarlos, pero yo creo que es la realidad. Les he subrayado que son los mejores santeros de Lucena. Por eso vienen conmigo y por eso salen en la Virgen de Araceli. Este año santearán a la Virgen de Araceli 108 hombres. Entre todos los santeros de Lucena, es difícil escogerlos.
 
-¿Con qué escenas se queda de la jornada en la que María Santísima de Araceli regresa a Lucena?
Principalmente, lo que a mí me causa más impresión y sensación, es la entrada a Lucena por la Era del Santo y ver allí, desde el altozano, al pueblo de Lucena, haga bueno o malo, recibiendo a la Virgen. Es el momento más especial. De igual modo, hay otros instantes parecidos a ese. Por ejemplo, cuando te adentras en la Plaza Nueva, que está llena de gente, y la aparición en San Mateo con el canto del himno.
 
-¿Qué le pedirá a la Virgen de Araceli cuando esté ante Ella momentos antes de salir del Santuario?
Ya se lo he dicho. Primero, he pedido por mi padre, que vele por él y por que descanse en paz. Esta santería va dedicada a él. Es él quien me ha dado esta manijería. Y después rogarle a Ella que nos salga todo como se merece la Virgen y Lucena. Igualmente, quiero que mis santeros disfruten conmigo cada horquillo porque cada uno que hagamos, ese ya no vuelve.
MANUEL GONZÁLEZ
 
a patrocinio ss1

 

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