Miguel Chacón, manijero de Jesús Nazareno: "Mis tamboreros me han aconsejado entre 74 y 80 palillazos por minuto"

02 de Abril de 2014
 Miguel Chacón, manijero de Jesús Nazareno: "Mis tamboreros me han aconsejado entre 74 y 80 palillazos por minuto"
Miguel Chacón, manijero de Jesús Nazareno: "Mis tamboreros me han aconsejado entre 74 y 80 palillazos por minuto"

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Dieciocho años. Un sueño delegado. Herencia en vida. Miguel Chacón Bergillos (05-03-77) es el vicario de su padre en el conmovedor privilegio de ser manijero de Nuestro Padre Jesús Nazareno. El Señor de Lucena es el paradigma de la devoción popular y las calles en el Viernes Santo reflejan un morado implorante. La Capilla. El Llanete. La calle Curados y el 'pasito' de Jesús. Después de guiar a tres cuadrillas en la Venerable Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno asevera y argumenta la progresiva apertura de la hermandad. Del mismo modo, niega que sean siempre los mismos hombres quienes procesionan a Jesús y lo corrobora al señalar que en su grupo de santeros hay dieciséis que comprobarán por vez primera las sensaciones que aparecen debajo del trono de Nuestro Padre.
 
-¿Cuál es el 'pasito' de Jesús?
Te voy a ser sincero. Aparte de que he tenido la oportunidad de salir en Nuestro Padre cuando fueron manijeros Antonio Algar y con Paco Carrera, esta última vez, yo he estado mirando vídeos. Hay que aprender y hay que fijarse en lo que se ha hecho bien. Aunque yo le intente poner mi toque personal, yo he visto santerías, me han aconsejado muchos entendidos, personas que te paran y te dicen que el Señor vaya despacito. Yo voy a intentar hacer eso, el 'pasito' del Señor. Yo no soy entendido del tambor, ahora últimamente estoy un poquito más pendiente y les pido a los tamboreros que, de vez en cuando, que nos toquen el paso. Sí sé que me han aconsejado entre 74-76-80 palillazos por minuto. A mí personalmente me gusta, pero cuando estemos en la calle, habrá que acoplarse y que la cuadrilla vaya bien. Esa es la idea, aunque siempre habrá un margen. Salimos de la Capilla y en la calle Curados hemos de coger el paso, el que hayamos cogido es el que debemos seguir.
 
-¿Cómo se gestiona la relación de una cuadrilla durante dos años?
No es fácil porque son muchas juntas, reuniones, copas, los cultos, etcétera. Hay que pensar que hay que estar un año con la Virgen del Socorro y luego llega Nuestro Padre. No podemos desgastarnos. En el primer año intenté cumplir con las juntas, algunas copas más especiales, pero no abusé o, al menos eso, creo. El objetivo era que cuando llegáramos a Jesús, el santero, aunque la motivación sobra, sintiera ganas de juntas. Cuando llegamos a las juntas parece que es la primera, lo puede corroborar cualquier santero. Todavía hay veces que cantan dos a la vez y no quieren que se acabe. Todo esto significa que el santero que tiene ese pellizquito para cada junta y para cada momento que vamos a vivir. Es complicado, pero hasta ahora lo hemos sabido sobrellevar y el conjunto de personas que se ha formado ha sido importante. Llevo santeros, algunos con mucha más experiencia que otros. Salen personas que es la primera vez que van salir desde la Capilla y en el Señor. En total, hay dieciséis santeros que están por primera vez con Nuestro Padre, un tambor y un torralbo. Como máximo, hay santeros que han salido dos veces en Jesús. Es un grupo muy familiar, no es solo las contras. Espero que se demuestre en la calle.
 
-¿En Jesús Nazareno siempre salen los mismos?
No, eso es una leyenda urbana. No lo creo. En mi caso, hay dieciséis que no han salido nunca, y del resto, hay algunos que han salido una vez, y hay otro que ha salido dos. Y el Señor lleva mucho año siendo santeado. Es el último escalón que estamos todos esperando y cuando una cuadrilla llega a Jesús hay un grupo principal con ese manijero. Claro que es posible que se repita. Hay personas que ven a un santero, santean con él y cuando le llega su momento lo vuelven a llamar. En los últimos seis años creo que no ha repetido ninguno.
 
-¿Qué pensamientos cree le surgirán el Viernes Santo a las seis de la mañana?
Todo el mundo me ha dicho que esté tranquilo, que el manijero tiene que ser el que aporte la calma al resto. Mi padre lleva doce años esperando este momento. Me vendrán a la cabeza temas familiares, mi casa, mis padres, todo el grupo de personas que hemos estado viviendo estos doce años. Mi cuadrilla, los momentos que hemos pasado buenos y malos, como, por ejemplo, lo que vivimos hace poco cuando falleció el suegro de un santero y estuvimos todos juntos. Últimamente le estoy diciendo a los míos es que, con la situación que estamos viviendo económicamente, Lucena está falta del apoyo que nos da Jesús Nazareno. Vamos a intentar transmitírselo y llevarle esa ilusión que el Señor da.
 
-¿La 'echá al hombro' de un tirón o en tres tiempos?
Cuando algunos de mis santeros me he preguntado, siempre he dicho lo mismo: cuando me recojan el Viernes Santo en mi casa lo comunicaré.
 
-¿La Cofradía de Jesús es inaccesible?
Creo que no. Bastantes años atrás se podía pensar eso porque normalmente era un grupo de personas que se rotaban. También era porque no se acercaban, según mi forma de pensar. En los últimos años, ha habido unos cambios y se ha abierto mucho más. Con la cuestión del trabajo para reconstruir San Pedro Mártir se ha dado una imagen que es la verdadera imagen de la cofradía de Nuestro Padre. Es algo que se ve en los seis cuadrilleros actuales y en los posibles seis próximos siguientes que pueden entrar si el hermano mayor decide que así sea. El estar en una cofradía, en esta o en cualquier otra, requiere unos gastos, no solo con la hermandad, sino también con la cuadrilla, y con todo lo que conlleva. Es una cofradía abierta, hay unos compromisos con los hay en otras cofradías, puede ser que en esta sean mayores, pero también porque son doce años. Es cuestión de acercarse y de proponer a la cofradía tus ganas. Desde que empezó La Carpa, hay muchas personas que tal vez su fin no es entrar de cuadrilleros o en la junta de gobierno, pero están ayudando y porque quieren estar. Lo que ha hecho la cofradía de Jesús de recuperar una iglesia, como proyecto propio, aun con el apoyo del Obispado, es algo que no es común. Este templo es para el pueblo de Lucena. En fin, está abierta y en los últimos años se ha abierto mucho más.
 
"Todo en la santería esta mostrado y aprendido; debemos mirar hacia atrás y recuperar algunas cosas"
-¿Por qué se planteó ser manijero?
Yo no me lo planteé. Fue un sueño de mi padre, él quería entrar como consiliario. Realmente no son doce años esperando, son dieciocho. Él contactó con la cofradía hace dieciocho años con la cofradía, pero, en primer término, no se pudo concretar. En un primer momento, con mi edad yo no tenía pensamientos de ser manijero. Hasta él podría haber sido manijero, habría que preguntárselo. Una vez que fue nombrado consiliario, como hijo mayor -porque me llevo dieciocho años con mi otro hermano, que también sale conmigo-, fue quien me propuso como manijero. No lo tenía yo en mente, ahora que estoy en esta situación lo agradezco muchísimo, estoy experimentando cosas que no las he vivido como santero. Estoy aprendiendo, sintiendo y viendo un ramillete de momentos inolvidables.
 
-¿Las exigencias económicas de las cofradías a los manijeros son desmesuradas?
Yo solo he sido manijero en la cofradía de Jesús. De Santa María Magdalena, en 1996; del Santo Entierro, en el año 2009, y ahora de la Virgen del Socorro y de Jesús. No lo he hecho fuera de esta cofradía y no sé lo que ocurre. En nuestro caso, la figura del cuadrillero es la que asume la gestión y el que atiende las peticiones.
 
-¿En qué situación se encuentra la santería?
Yo creo que hemos avanzado mucho. Antiguamente, hace años, la santería era más de contras. En el año 90 ya estaba cambiando el modo de procesionar a los pasos. Hemos ido progresando, se cuida más la estética, el santero está más atento a su túnica, se intenta mantener las formas, cada vez se ve menos lo de fumar debajo de un paso. Antes los pasos se llevaban de una forma, me estoy refiriendo a tiempos muy antiguos, y ahora, aunque la contra sigue estando en la junta, en la estación de penitencia se va más en grupo. También hay más respeto por la Imagen. Por otro lado, pienso que las cofradías quieren engalanar sus pasos y hacerlos hermosos, pero opino que no los deben sobrepesar, porque va a llegar un momento en que se va a perder la esencia de la santería. El paso debe pesar, pero tampoco hay que exagerar, ni hacer los tronos tan grandes, ni tan anchos. En la cofradía de Jesús, se hizo algunas mejoras en la Virgen del Socorro hace unos años y se ha notado en las últimas santerías porque han sido muy bonitas.
 
-¿Cómo debe ser una junta? ¿Existe actualmente demasiado protocolo?
En las primeras juntas debe ser el proceso más fluido, hay que conocerse y charlar un poquito más. Conforme se vaya acercando el momento de la santería, siempre con un orden y con respeto al manijero, se deben seguir unos pasos. No obstante, siempre caben los momentos de relajación cuando se corte la junta y se comparten risas, chistes e incluso se cantan fandangos. Las juntas iniciales empiezan de forma más relajada y luego hay que seguir un guion para que el manijero hable y se concreten asuntos.
 
-Indique, en su opinión, lo mejor y aquello mejorable de la santería.
Lo digo como santero, no solo como manijero, lo mejor es lo que llevas de una cuadrilla, las personas que conoces nuevas, los grupos y las amistades que creas. Conmigo viene una persona con la que yo me estrené cuando tenía dieciséis años y ahora tengo treinta y siete. En Lucena, gracias a la santería se mueven muchas cosas, como, por ejemplo, el trabajo y la economía. Se forjan muy buenas relaciones. Por otro lado, a mí lo peor que me ha ocurrido es lo referente al tiempo, y eso no depende de nadie. Cuando aparece la llave, la frustración es enorme.
 
-¿La santería ha de renovarse o recuperar enseñanzas y costumbres del pasado?
Hay cosas del pasado que tenemos que mantenerlas y deben continuar. Y si hay cosas que se han quedado atrás, hemos de cogerlas y adaptarlas a los tiempos en los que estamos. Hay personas que se fijan en muchos detalles, observan aspectos de tiempos pasados y las analizan. Todo lo concerniente a la santería está mostrado y aprendido. Deberíamos mirar hacia atrás y recuperar algunas cosas.
MANUEL GONZÁLEZ
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