La proliferación de "chinos" preocupa al comercio local tradicional

Abren cuando quieren, no respetan nada, van a acabar con todo

19 de Diciembre de 2010
 La proliferación de "chinos" preocupa al comercio local tradicional
La proliferación de "chinos" preocupa al comercio local tradicional
“Abren cuando quieren, no respetan nada, van a acabar con todo. Esto parece Chinatown”. Quien así habla es un empresario lucentino del sector del juguete. El motivo de sus quejas -compartido por otros muchos comerciantes locales- no es otro que la proliferación de tiendas regentadas por empresarios chinos o que venden productos asiáticos.
 
Ya son casi una decena los establecimientos de este tipo existentes en Lucena. En pleno centro se han abierto cuatro de ellos en menos de un año y en octubre lo han hecho otros dos. Venden de todo: ropa, calzado, perfumes, juguetes, artículos de papelería, decoración o complementos y han llenado de dudas al comercio tradicional de la ciudad, que se pregunta cómo puede competir contra esta avalancha de productos Made in China.
 
La última de estas tiendas es Comercial Dajili, en la carretera de Cabra. Es la más grande. Su secreto: la gran variedad de productos a precios reducidos y una presentación que se aleja de los “chinos” tradicionales. Sin embargo sus empleados apenas entienden el idioma castellano.
 
El presidente de la Federación de Empresarios y Comerciantes de Lucena –UNICA-, Antonio Pineda reconoce que “están haciendo mucho daño al comercio de siempre” y se lamenta de que “no se pueda hacer nada desde un punto de venta legal” para afrontar el desembarco.
 
El presidente de UNICA cree que el consumidor debe analizar lo que compra y decidir en consecuencia. “Si vas a estas tiendas te das cuenta de que venden productos de otras temporadas, de escasa relación calidad-precio y, en muchos casos, con una evidente falta de garantías y de los controles que la administración exige a los productos fabricados en la Unión Europea”.
 
Pineda reconoce, no obstante, que son muchas las “leyendas urbanas” que rodean a este tipo de establecimientos, alimentadas en parte por la barrera del idioma. Para el presidente de UNICA, “es falso que no paguen impuestos, disfruten de exenciones fiscales o reciban subvenciones de su gobierno, deben cumplir las mismas normas que cualquier otro comercio incluidas las relativas a horarios, otra cosa es que lo hagan”.
Por ello –indica Pineda- algunos creen que la única forma de luchar contra esta competencia es hacerlo con sus propias armas, vendiendo el mismo tipo de productos.
 
El ejemplo esta muy cerca, en la misma calle otro nuevo comercio, MGI, cadena rondeña de fulgurante expansión con 14 comercios abiertos en Andalucía en poco más de un año, ha impuesto con un notable éxito la “tarifa plana” para todos sus productos. La mayoría de ellos son asiáticos, aunque también encontramos en los lineales de venta algunas marcas conocidas. Precio único: diez euros.
 
La otra forma de pelear esta batalla –señala Pineda- es la de la especialización y la mejora del servicio, aunque muchos dudan si llegaran a tiempo de luchar en esa guerra. La gran cantidad de locales comerciales cerrados en el centro de Lucena son testigos mudos de los costes de la crisis, la bajada del consumo y la pugna diaria frente al enemigo asiático.
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