La restauración de la fachada principal de la iglesia de La Purísima entra en su fase final

Una subvención de 25.000 euros otorgada por la Diputación de Córdoba ha permitido finalmente acometer unos trabajos que ha proyectado el estudio lucentino Roldán Arquitectos

15 de Agosto de 2016
Obras de restauracio?n de la fachada de La Puri?sima
Obras de restauracio?n de la fachada de La Puri?sima

El arco principal de la portada de la fachada central de la iglesia de la Purísima Concepción de Lucena ha permanecido apuntalado durante la última década. En el año 2006, se apreciaron los primeros desprendimientos procedentes del paramento exterior. El afianzamiento implementado, concebido como temporal, respondió a razones de seguridad. La restauración completa se posponía hasta que la Congregación de las Hijas del  Patrocinio de María, entidad titular del templo, dispusiese de la financiación que requería un proyecto calculado en unos 100.000 euros.

Una subvención de 25.000 euros otorgada por la Diputación de Córdoba ha permitido finalmente acometer unos trabajos que ha diseñado el estudio lucentino Roldán Arquitectos. La comunidad de religiosas, que ha asumido la parte restante del importe global del presupuesto, destaca la implicación y el interés, en un primer momento, de la parlamentaria popular María de la O Redondo, y, desde el cambio de gobierno en el Palacio de la Merced, del alcalde, Juan Pérez, para que la institución provincial concediese la reseñada aportación.

Definitivamente, la intervención comenzó en el mes de junio y ya se encuentra bastante avanzada, en su tramo final. En el proceso, han participado la empresa lucentina Construcciones y Reformas Peñalver y el grupo de expertos en Bellas Artes que dirige Ana Infante de la Torre, especializados en conservación y restauración, y que también actuó, por ejemplo, en San Pedro Mártir, en el Palacio de los Condes de Santa Ana, en la Mezquita-Catedral y en el Palacio Arzobispal de Córdoba.

En la fachada principal, de sillares, y cuya datación se sitúa en los años iniciales del siglo XVIII, se ha procedido a reubicar las piedras y las dovelas de los arcos a su ubicación original, así como a la limpieza general de la estructura con productos específicos. De igual forma, en la medida de lo posible, se han reintegrado elementos de la portada, muy deteriorados y desgastados por el transcurrir del tiempo, como algunos muy llamativos, de mármol negro. Asimismo, con un tratamiento de cal y arena, se han reparado las molduras, aseguradas con soportes de hierro.

Una tela metálica ha ocultado la parte más visible del templo emplazado -anexo al colegio del mismo nombre- en la confluencia de las calles Antonio Eulate y Pedro Ángulo para evitar la caída de cascotes  u otras piezas. En los próximos días, podrá contemplarse nuevamente, y tras una recuperación inaplazable, la totalidad de una construcción realizada en 1718 por Jerónimo Ramírez Quintero, de acuerdo a las instrucciones del artista lucentino Leonardo Antonio de Castro.

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