El camino del Rocío está siendo este año especialmente duro para las Hermandades que, desde hace unos días, dirigen sus pasos hasta la aldea almonteña, donde este fin de semana se celebra la multitudinaria romería en honor a la Blanca Paloma. Pese a la persistente lluvia y las adversidades, torrencial en muchos momentos de las dos últimas jornadas, los más de ciento veinte hermanos que este año hacen camino con Lucena siguen adelante. Han cambiado los trajes de flamenca por los chubasqueros y las botas camperas por las de agua, en uno de los "caminos" más complicados que se recuerdan.
La presidenta de la Hermandad, Araceli Rodríguez Yebra, indicaba esta tarde a LucenaHoy que la comitiva, formada por veinte carriolas y numerosos hermanos a caballo, ha logrado alcanzar ya el Vado del Quema, que han cruzado a través de un puente habilitado por el ejercito, y llegarán esta noche a Villamanrique, "donde nos esperan, a cualquier hora, con caldo caliente".
Ha sido un camino cargado de dificultades e incluso escenas de tensión –esta mañana estuvo a punto de volcar uno de los carros–, en el que Yebra aseguraba que "hemos dado siempre prioridad a la seguridad de los hermanos". Ayer la Guardia Civil prohibió a Lucena y otras hermandades seguir adelante por los caminos tradicionales, y obligó a hacer noche en Coria del Río, desde donde esta mañana partían por carretera ante la imposibilidad de hacerlo por caminos de tierra. "La idea ha sido la de continuar por caminos seguros, evitando andar por la carretera y hacer cualquier parada, incluso para comer, por lo que todo el día hemos viajado dentro de las carriolas", señaló Rodríguez Yebra, lo que ha permitido recuperar el tiempo perdido.
Dado que La Raya está también colapsada por los efectos del agua sobre los caminos de tierra, y siguiendo las indicaciones del puesto de mando de Villamanrique, la hermandad lucentina seguirá mañana la vía directa hasta el Rocío por asfalto, a través del 'Camino de las Fresas', cambiando las arenas por una carretera secundaria con poco tráfico, que les permitirá llegar a la aldea almonteña por la tarde, con un día de adelanto sobre lo previsto.
"No recuerdo un 'camino' tan complicado y sacrificado en los 27 años que lleva la Hermandad de Lucena pisando las arenas", señalaba Araceli Rodríguez Yebra, que indicaba que "no hemos parado ni para comer, primando en todo momento la seguridad", al tiempo que destacaba "el esfuerzo común y la unidad de todos los hermanos", pidiendo "que sigan rezando por todos nosotros para que lleguemos a buen puerto a pesar del temporal".