La pasada semana se iniciaron las obras de la tercera y última fase de la puesta en valor de la Necrópolis Judía de Lucena, que incluye la parte más importante del proyecto, consistente en la creación de una pasarela aérea de casi 50 metros de longitud que permitirá la visita al recinto funerario sin necesidad de pisar el terreno en el que se encuentran las tumbas –en las que, tras su estudio, fueron restituidos en diciembre de 2011 los restos óseos extraídos durante la excavación, mediante una ceremonia religiosa de inhumación presidida por varios rabinos judíos–.
La Necrópolis Judía de Lucena se convertirá así en el primer cementerio judío accesible a personas con movilidad reducida de España. El plan prevé garantizar el tránsito de la totalidad de los visitantes por toda la zona arqueológica. Para ello se está llevando a cabo la instalación de tarimas de madera antideslizante que permitirá realizar un itinerario peatonal por la Necrópolis, así como pasamanos, una pasarela de vidrio a varias alturas que favorezca la visibilidad de los enterramientos.
Inspirado en la Cábala Judía 'El árbol de la vida', el proyecto, redactado por el arquitecto lucentino Mario Cortés, del Estudio Marrero Arquitectos, pretende guiar al visitante por el "sendero de los antepasados", con paradas en tres miradores en los que avanzar en las tres fases del duelo judío.
Los trabajos están siendo realizados por la Escuela Taller y tienen un coste de aprovisionamiento de material de unos 40.000 euros.
PRIMERAS FASES
Esta actuación completa la ejecutada en octubre pasado para el asfaltado de una zona aledaña al camposanto judío para su uso como aparcamiento de microbuses y turismos, realizada desde la delegación municipal de Patrimonio con un coste de unos 10.000 euros.
En años anteriores se ha realizado en la necrópolis una inversión superior a los 100.000 euros, la mayor parte a través de los Fondos Estatales de Inversión Local, que permitieron en una primera fase el vallado y adecuación del solar, y el resto, unos 30.000 euros, con distintas aportaciones del ayuntamiento y Diputación, para construir unas infraestructuras básicas de "interpretación" del recinto funerario –segunda fase–, que permite ver "in situ" reproducciones de las distintas tipologías de fosas, conocer, a través de una decena de paneles informativos toda la información sobre el camposanto, que puede verse desde un mirador, meditar ante un pequeño "muro de las lamentaciones" o lavarse las manos en una fuente de inspiración judía, tal y como hacían los antepasados hebraicos de la "Perla de Sefarad", ubicada en la zona de recepción.
