"Cuestión de filosofía", por Juan M. Roldán

07 de Enero de 2014
 "Cuestión de filosofía", por Juan M. Roldán
"Cuestión de filosofía", por Juan M. Roldán
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Los antiguos griegos llamaban  ????????? –amor por la sabiduría- a lo que nosotros conocemos como filosofía  que consiste en el estudio de cuestiones tales como la moral, la verdad, la belleza, la existencia o el propio conocimiento.
 
La filosófica se distingue de la religión, el misticismo o la mitología por utilizar argumentos racionales, diferenciándose de la ciencia en que la filosofía no se basa exclusivamente en hechos empíricos, únicos validos para la ciencia.
 
La filosofía ha sido y es, en la enseñanza primaria y secundaria, una asignatura fundamental para enseñar a pensar  contribuyendo a fomentar el pensamiento libre y critico en los futuros ciudadanos inculcándoles el hábito de pensar.
 
Por otra parte el diccionario, en una de sus acepciones, define a la filosofía como manera de pensar o de ver las cosas y es, en esta última definición, donde de verdad se ve la “filosofía” que anima y motiva las actitudes políticas de aquellos llamados a gobernarnos.
 
Vemos como el liberalismo se impone cuando perjudica a las capas económicamente más débiles de la sociedad pero que se troca en intervencionismo si perjudica a los poderosos. Véanse las ayudas a la banca, el salvamento de las autopistas radiales de Madrid, la prima a las eléctricas, etc., etc., etc. contrapuesto a los múltiples recortes y repagos en sanidad, educación o dependencia. Liberalismo si, pero según y como. Manera de pensar, es decir filosofía.
 
Liberalización del marcado de trabajo, léase reforma laboral con su corolario de inseguridad y rebaja salarial para los trabajadores y puerta giratoria, desde la administración a los consejos de administración suculentamente remunerados, para los políticos y altos funcionarios del estado que de esa manera ven recompensados sus esfuerzos legislativos en pro de los económicamente poderosos. Manera de pensar, es decir filosofía.
 
Reforma de la educación para convertir en buenos trabajadores manuales a los futuros ciudadanos, aderezada por la alineación religiosa que persigue implantar la moral de la sumisión al poderoso tan querida por los jerarcas católicos y desvió de los fondos públicos a la educación concertada y privada para mantener los privilegios de unos frente a los derechos de los más. Manera de pensar, es decir filosofía.
 
Privatización de la sanidad para convertir el derecho de muchos en negocio de unos pocos. La sanidad es un gran negocio si deja de ser pública y universal y se convierte en mercancía para aquellos que puedan pagarla. Manera de pensar, es decir filosofía.
 
Ley de seguridad ciudadana para amordazar, vía administrativa, las comprensibles protestas de los ciudadanos en la calle. La calle es mía, exclamó una vez un significado dirigente político mientras ejercía de ministro del interior y hoy, aventajados alumnos suyos, hacen propia esa idea.  La calle es suya, los ciudadanos a trabajar, el que pueda, y a callar todos. Manera de pensar, es decir filosofía.
 
Ley de regulación del aborto para anular la condición de ciudadanas de las mujeres, pues no otra cosa es pretender privarlas de su capacidad de decisión sobre un asunto que les concierne en primera persona. Necesitan ser protegidas y para ello serán necesarios los informes de dos facultativos médicos, o mejor tres si incluimos a un profesional de la psiquiatría,  para decidir si pueden o no abortar, al tiempo que la responsabilidad penal de tal acto, si se llevase a cabo de forma ilegal, recaería exclusivamente sobre los facultativos, que al contrario que las mujeres son titulares plenos de derechos y obligaciones.  Manera de pensar, es decir filosofía.
 
Si, filosofía. Periclitada, decimonónica, misógina, conservadora y clerical, pero filosofía al cabo de la derecha que vuelve por sus fueros. Es lo que hay. Es, de eso no cabe duda, lo que hemos votado así que, como dice el dicho popular “ajo y agua”, o mas bien “cuestión de filosofía” a la hora de  depositar el voto.
 
Es desde esa óptica que se hace entendible la decisión del gobierno de la derecha de relegar, en su nueva ley de educación, a la filosofía a la categoría de las conocidas como asignaturas “marías” reduciendo en un 75% el tiempo dedicado a su enseñanza en las aulas.
 
Si, es una cuestión de “filosofía”. La derecha prefiere ciudadanos adocenados, útiles como trabajadores manuales de baja capacitación y a ello se aplica en cuanto está en disposición de legislar.
 
Juan M. Roldán
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