Por una coma

31 de Marzo de 2011

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Debo confesar que estaba en un error desde hace tiempo. Creo que me ha pasado factura, cuantiosa de vanidad gramatical, estar siempre revisando y corrigiendo textos ajenos, de tal modo que no logro ver mis descuidos. Esto de corregir exámenes profesionalmente, poemas y relatos en consejos de publicaciones y novelas en un jurado, ha alimentado en mí el vicio de la ultracorrección, que es el paso definitivo a convencerme de que se escribe «bacalado» y no «bacalao».

Todo este asunto comienza por el uso de la coma, el signo de puntuación. En una enumeración no se coloca delante de y nunca. Este es el ejemplo que encontramos en la web de la RAE: Ayer me compré dos camisas, un pantalón, una chaqueta y dos pares de zapatos. En este caso, no hay problemas.

En cambio, nunca colocaba la coma delante de y bajo ninguna circunstancia, y eso no está admitido del todo por la Academia. Veamos: Pintaron las paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los muebles, pusieron alfombras nuevas, y quedaron encantados con el resultado. En este enunciado se enlazan las partes de la oración, pero la última información no es parte de aquella dada en la primera. Ahí yo no hubiera puesto esa coma y, mecachis, la hubiera fastidiado.

En efecto, un minúsculo signo ha puesto en guardia, tomando casi al pie de la letra un verso de Juan Ramón, a la elevada torre de mi pensamiento. Ya conocía algunos ejemplos, donde una simple coma colocada aquí, acá o acullá podría cambiarlo todo. Es conocida la anécdota atribuida a Carlos I, entre otros reyes, que a la hora de firmar una sentencia que rezaba:
 
                  Perdón imposible, que cumpla su condena.
 
Decidió ser generoso y, para ello, cambió la coma de lugar:
 
                  Perdón, imposible que cumpla su condena.
 
Otro cambio de coma es el que comentan en Los intereses creados de Benavente, curiosamente también sobre una condena:
 
DOCTOR.–– […] Ved aquí: donde dice… «Y resultando que si no declaró…» Basta una coma y dice: «Y resultando que sí, no declaró…» Y aquí: «Y resultando que no, debe condenársele…», fuera la coma y dice: « resultando que no debe condenársele…»
 
Como decía, aunque los conocía, no consulté gramáticas ni ortografías, convencido de que mi uso de la coma era el correcto. Pero, una vez reparado este punto (mejor dicho, coma), he de evitar volver a cometer esta imprudencia. No debo olvidar que solo es cosa de místicos dejar el cuidado…
                  entre las azucenas olvidado.
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