Recuerdos de la Lucena de su infancia y juventud, la nostalgia de sentir a Araceli en la distancia y una invitación a los forasteros a conocer Lucena a través de María y sus tradiciones centraron la exposición de Miguel Cuenca Valdivia en un pregón a las Glorias a María Santísima de Araceli lleno de lucentinismo y nostalgia, en el que fue presentado por su amigo José Pedro Moreno Víbora, que desgranó su brillante trayectoria profesional y su profundo amor por Lucena y por lo todo lo que tiene que ver con nuestra ciudad, cerrando su introducción con un fandango aracelitano, acompañado por Ángel Mata a la guitarra, como regalo a quien estaba a punto de subir al ambón de San Mateo para declamar su pregón.
Iniciaba su pregón Miguel Cuenca Valdivia recordando su Ofrenda de Frutos a la Virgen de Araceli en 1980, destacando que “estoy de nuevo ante ti y te pido que me dejes contar, en tu presencia y en la de mi pueblo, los sentimientos, que en mi se agolpan y que son compendio, como tu bien sabes, cómo los dos sabemos, de pensar en ti, de rezarte, de pedirte y decirte, como acabas de oír, te quiero, ayer, hoy y siempre y te quiero porque desde niño aprendí a quererte”.
Pidiendo permiso a los presentes para dirigir “los sentimientos que de mi salen, los recuerdos que del alma vuelan, los cantares que de mi voz brotan como un susurro lleno de amor y de alegría” a los forasteros que visitan Lucena porque según dijo el pregonero “a vosotros paisanos, que os voy a decir de Araceli, que no sepáis”.
Cuenca Valdivia resaltaba que donde más ha pregonado a Lucena “no ha sido sólo en despachos alfombrados ni en reuniones”, sino en el Colegio de sus nietos donde acudía a una actividad para que los abuelos contaran historias interesantes a los pequeños y él iba a “hablarles de la Virgen de Roma que vino a Lucena y de su niño en brazos que le acompañaba y de cómo el marqués de Comares fue a buscarla y se prendó de Araceli”
Hizo referencia al traje de lucentina, a la ciudad mora, judía y cristiana, al pasado milenario de la ciudad a través de la Cueva del Ángel, y a las facilidades que aportan las nuevas tecnologías que acercan a quien está fuera las principales tradiciones de Lucena que a través de internet pueden disfrutar de las Fiestas Aracelitanas. “Y así puedes ver como estas tradiciones, esta Fe, esta creencia, no se detienen en el tiempo, si no que una juventud abigarrada y alegre toma relevo de los que ya se fueron, o de los que, en el atardecer de nuestras vidas, necesitamos más sosiego, aunque con su mismo sentir, quizás con un suspiro de melancolía por lo que se fue y no volverá, pero que al mirarla nos devuelve la alegría”, y añadía “pero a pesar de todo ello, Madre mía, te queremos, cerca, a nuestro lado, porque aunque nos acerquemos de esta manera, todos queremos sentirte, cantarte a tus pies, rezarte, tenerte cerca.”.
El pregón, que contó con la aportación musical de Miguel Beato, al piano, y Álvaro Vázquez, tocando la flauta, y la Banda de Música interpretando el himno aracelitano como colofón a un pregón que finalizaba con un poético recorrido por la bajada de María Santísima de Araceli, la ofrenda de flores y la procesión. Así, Cuenca Valdivia decía “Forastero, nunca entenderás Lucena, sin saber lo que Araceli significa. Busca a la Virgen, y síguela desde su llegada en abril, Pastora, que se acerca de la Sierra, Reina Madre hasta la vuelta a su Ermita, allá por Junio. Y cuando lo hayas vivido, forastero entenderás mejor lo que es este Pueblo, que hace de su Virgen, la certidumbre total, que hace de la forma de pasearla por sus calles, las señas de identidad de una cultura milenaria. Cofradía y Santería, estúdialas y entiéndelas forastero, porque sin ellas no comprenderás Lucena”.
