La pandemia de coronavirus nos ha dejado huérfanos de la presencia de María Stma. de Araceli entre los muros de San Mateo. Hoy la calle El Peso y la Plaza Nueva no han sido el habitual hervidero de gente caminando hacia la Madre Dulce y Buena para dejar a sus piés sus flores como testimonio de amor. Sin embargo, siguiendo la petición de la cofradía, son muchos los lucentinos que han querido testimoniar su devoción y vivir la tradicional ofrenda desde sus balcones. Flores naturales o de papel, colgaduras, pancartas, banderitas de colores... han puesto una nota de color aracelitano en esta tarde primaveral de sentimientos encontrados, en la que empieza a verse con unas gotas de esperanza el final de esta pesadilla de nombre COVID-19 que ha trastocado nuestras vidas y nuestras tradiciones.
Os dejamos algunas imágenes que ha realizado nuestro fotógrado de cabecera, Jesús Cañete.