La más reciente investigación del lucentino don Manuel García Luque, profesor de la Universidad de Sevilla, ha desvelado el paradero del cuadro de altar de la desaparecida ermita de Monsterrat, que fue demolida en 1978, casi ayer mismo. Habla de ello en el artículo «Antonio Arias y Sebastián Martínez, pintores al servicio del duque de Segorbe y Cardona» del Boletín de Arte nº 42 de este año. En cuanto al cuadro de Nuestra Señora de Montserrat, que era enorme (325 x 250 cm), fue pintado en 1643 por el madrileño Antonio Arias, de quien podemos encontrar varias obras en el Museo del Prado; desapareció de Lucena en 1965, «expoliado en oscuras circuntancias» y tres años más tarde fue comprado por el escultor Frederic Marès en Barcelona… Allí se encuentra, en el Museo Marès. Y por si alguien tuviera dudas, resulta que la descripción de este cuadro coincide con la que aportó Fernando Ramírez de Luque en sus Tardes divertidas y con la de Luis María Ramírez y de las Casas-Deza en la Corografía histórico-estadística de la Provincia y Obispado de Córdoba. Toda una sorpresa, sin duda, aunque dolorosa por el modo en el que perdimos una obra muy valiosa de nuestro patrimonio.
Cuadro de Nuestra Señora de Montserrat "expoliado" en Lucena
El artículo continúa con la obra pictórica del jienense Sebastián Martínez en Lucena, que hallamos en los retablos colaterales de la Parroquia de San Mateo, aquellos que custodian una imagen de San Miguel y una de la Purísima o Inmaculada Concepción de la Virgen María; pinturas que, por cierto, acaban de ser restauradas. Estas obras representan santos y devociones propias de Cataluña y Valencia, a través de los cuales se rinde un velado homenaje al duque y su familia; puesto que la presencia de estas obras, incluido el gran lienzo de Nuestra Señora de Montserrat arriba referido, en Lucena se deben al duque de Segorbe y Cardona y marqués de Comares, don Luis Ramón Folch de Cardona Fernández de Córdoba y Aragón. Durante el tiempo que el duque se quedó en Lucena, reformó el castillo para adaptarlo como palacio, renovó edificios religiosos, construyó capillas y altares, y entre quienes trabajaron en Lucena, figuraron dos notables artistas del Barroco español que hemos referido: Antonio Arias y Sebastián Martínez.
