Juan González: "El pregón será mariano, evangélico y universal; y estará impregnado de carácter social"

En el rostro de la Virgen contempla los mensajes más rotundos y revolucionarios de su Hijo y se dirigirá a la Patrona de Lucena como intercesora de Jesucristo en un pregón ecuménico y terrenal

28 de Abril de 2016
 Juan González Palma, en el patio de la casa familiar. JESÚS RUIZ JIMÉNEZ
Juan González Palma, en el patio de la casa familiar. JESÚS RUIZ JIMÉNEZ

Recitando el Perdón al estilo autóctono finalizó Juan González Palma su discurso pasionista el 12 de abril del año 2003 y en las próximas Fiestas Aracelitanas retoma la palabra para trasladar a la comunidad humana las virtudes y enseñanzas de María de Nazaret, protectora de los lucentinos desde el Santuario. Abogado en ejercicio, antepone sus firmes convicciones y el compromiso adquirido a los adornos vacuos. En el rostro de la Virgen contempla los mensajes más rotundos y revolucionarios de su Hijo y se dirigirá a la Patrona de Lucena como intercesora de Jesucristo en un pregón ecuménico y terrenal.

-¿Cuándo concluyó la apertura de la Semana Santa del año 2003 pensaba que realizaría otro pregón?

Siempre pensé que el pregón de la Semana Santa del año 2003 sería el primero y único que pronunciara. Nunca me planteé la posibilidad de llegar a ser pregonero en las Fiestas Aracelitanas.

-Trece años después, ¿volvería a redactar exactamente igual aquel texto que leyó en San Mateo el último sábado de Cuaresma?

Exactamente igual, muy probablemente no; sin duda, las líneas maestras o fundamentales de aquel pregón continuarían siendo las mismas. Introduciría modificaciones, como es lógico, en los datos que sobre algunas materias se ofrecían y, además, habría que actualizarlo por exigirlo acontecimientos ocurridos desde aquella fecha en muy diferentes ámbitos.

-¿En qué ha cambiado el pregonero desde entonces hasta ahora?

Es difícil analizar los cambios que uno haya podido experimentar durante trece años de su vida; sería más objetiva la visión de una tercera persona.

No obstante, y con esa salvedad, en lo sustancial creo que no se han producido cambios reseñables, siendo consciente que nos mantenemos siempre en actitud de permanente cambio, de continuo aprendizaje y de acumulación de vivencias que influyen en el propio desarrollo.

-¿Cómo ha influido en su trayectoria vital la abogacía?

José María Morillo-Velarde Seco de Herrera, mi presentador en el pregón de Semana Santa, como presidente que era de la Agrupación de Cofradías, manifestó que la abogacía no era una profesión para mí, ni siquiera una vocación, sino sencillamente una manera "de entender y de estar en la vida".

No encuentro mejor respuesta a esta pregunta. En efecto, pienso, modestamente, que la abogacía y mi vida –personal y familiar- han constituido una sola cosa.

-¿Qué le ha aportado ser durante 14 años decano del Colegio de Abogados de Lucena?

La satisfacción de haber prestado servicio a la abogacía institucional, en el Colegio de Lucena, en el Consejo Andaluz de Colegios de Abogados, en el Consejo General de la Abogacía y en el Consejo Consultivo de Andalucía; y, por supuesto, a los abogados y, como consecuencia directa, también a los ciudadanos. Esa sensación ha sido y es la mayor recompensa, el premio más estimado que he recibido por los años como decano y como consejero.

"La natural responsabilidad derivada del encargo recibido me obliga a ser leal conmigo mismo, a no traicionar mis principios, mis ideas y mis criterios sobre María y la devoción popular a Ella"

-¿Qué reflexiones le surgieron en los instantes y jornadas posteriores al nombramiento acordado por la junta de gobierno de la cofradía de María Santísima de Araceli?

En primer lugar, sentimientos de gratitud profunda al hermano mayor y a la junta de gobierno por el honor altísimo que se me dispensaba y la distinción que el nombramiento suponía, que la consideraba de la más noble, la de mayor estimación, la más preciada, hasta el extremo de sentirme feliz.

Simultáneamente, la natural responsabilidad derivada del encargo recibido, obligándome a ser leal conmigo mismo y a no traicionar mis principios, mis ideas y mis criterios sobre María y la devoción popular a Ella.

-¿Por qué planteó como condición que el hermano mayor actuara como presentador?

Al contestar a alguna de las anteriores preguntas, he aludido a que el presentador del pregón de Semana Santa 2003 fue el presidente de la Agrupación de Cofradías en aquel momento. He adoptado una decisión similar.

Estimo gesto de cortesía pedir ser presentado por el máximo representante de la corporación que te ha nombrado pregonero.

-¿Cuál es el fundamento del discurso que pronunciará el próximo 29 de abril?

El pregón –parece obvio- será exclusivamente mariano, lo que conlleva que haya de apoyarse en el Evangelio.

Al ser mariano y evangélico, necesariamente habrá de ser universal, lo que aconseja no incurrir en un excesivo localismo.

Siendo evangélico, mariano y universal, ineludiblemente estará impregnado de carácter social.

-¿Qué le sugiere la imagen de la Patrona de Lucena?

La representación gráfica o expresión viva de la religiosidad popular mariana. María de Nazaret, que es por definición y naturaleza universal, en Lucena es María de Araceli, o simplemente, Araceli, o "La Virgen".

En lo personal, recuerdos de niño, de joven, de familia y de ayer.

-¿La Virgen de Araceli es inseparable de Lucena?

En el pregón saludo a la Virgen como Madre de los creyentes y de los no creyentes.

La respuesta fácil a esta pregunta sería, una vez más, afirmar, sin matización alguna, que Araceli es Lucena y Lucena es Araceli.

Hoy día no podemos obviar que en Lucena convivimos personas de muy diferentes creencias e ideologías, mereciendo unos de otros el máximo respeto.

-¿Cómo deben coexistir y diferenciarse el aspecto civil y el religioso en los acontecimientos en honor a Nuestra Madre de Araceli?

Necesariamente han de coexistir sin llegar a confundirse. En este sentido, citar como positivo que el pregonero, desde hace ya años, sea nombrado por la cofradía y no por el Ayuntamiento, como en época pasada lo fue. Contrariamente, es correcto que la aracelitana mayor y su corte de damas, de acuerdo con las funciones que desempeñan y la forma de elección, sean designadas por el Ayuntamiento, sin intervención de la cofradía.

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