Sor Adriana, priora de las Carmelitas: "Tenemos con el Papa una buena amistad, pero amistad religiosa"

La noticia –adelantada ayer como primicia por LucenaHoy– de la tercera llamada del Papa Francisco a la clausura de Carmelitas Descalzas de Lucena, comienza a ocupar cabeceras de periódicos y emisoras de radio, como también lo hicieron las dos primeras, allá por el mes de diciembre pasado, cuando el sumo Pontífice llamó dos veces, primero sin éxito, dejando un simpático mensaje en el contestador, y nuevamente –unas horas más tarde– a una comunidad que aguardaba impaciente el sonido del teléfono

04 de Agosto de 2014
 
La noticia –adelantada ayer como primicia por LucenaHoy– de la tercera llamada del Papa Francisco a la clausura de Carmelitas Descalzas de Lucena, comienza a ocupar cabeceras de periódicos y emisoras de radio, como también lo hicieron las dos primeras, allá por el mes de diciembre pasado, cuando el sumo Pontífice llamó dos veces, primero sin éxito, dejando un simpático mensaje en el contestador, y nuevamente –unas horas más tarde– a una comunidad que aguardaba impaciente el sonido del teléfono.
 
Hoy el teléfono ha sonado también en el convento, esta vez de forma insistente. Numerosos medios nacionales, regionales y provinciales tenían interés en conversar con Sor Adriana de Jesús Resucitado, priora del convento de San José y natural de Argentina, como otras dos compañeras de la comunidad.
 
La religiosa ha explicado que en esta tercera ocasión también sonó el contestador, como en la primera, pero esta vez llegó a tiempo para atender al Papa Bergoglio, del que dice que son "amigos, pero amigos religiosos".
 
"Estaba dejando el mismo mensaje en el contestador cuando descolgué el teléfono", señala la priora, que recuerda aquel famoso "¿qué estarán haciendo las monjas, que no pueden atender?", que dio la vuelta al mundo.
 
La priora ha explicado que la conversación del sábado se prolongó por espacio de 40 minutos, en los que el Obispo de Roma se interesó por las monjas de la comunidad de clausura y las personas que les visitan.
 
Así, ellas le comentaron "las intenciones de toda la gente que se acerca al convento, que transmiten que le digamos al Papa que siga como es", además de las muchas oraciones que realizan.
 
La religiosa también trasmitió al Papa anécdotas de habitantes de Lucena, como la de un vecino que llama al pontífice "Papa Curro", mientras que Francisco le contó que estaba "bien de salud", y que estaba preparando su próximo viaje a Corea del Sur.
 
Según detalla la priora lucentina "el Papa se conmovió mucho al escuchar los mensajes de la gente", y pidió que le dijeran al capellán que "hiciera llegar al pueblo su recuerdo, su oración, su bendición y que seamos buenos y sigamos rezando por él".
 
También, "habló sobre el valor de la clausura", pero "el mensaje que nos manda transmitir es que él también responde de alguna manera a todos los que nos han pedido oraciones, se han acercado al torno y que rezan por él", ha explicado Sor Adriana.
 
Entretanto, recuerda que el Papa les llama al ser amigos, tras una relación "desde hace muchos años de Argentina", al tiempo que indica que se interesó "mucho" por las monjas argentinas de Lucena, "porque fuimos de las primeras en llegar a monasterios de España y no perdimos el contacto, con dos o tres llamadas al año", pero no esperaban que lo hiciera como Papa.
 
Del Sumo Pontífice destaca "la gran amistad" y que sea "muy espiritual, pero con los pies en la tierra y muy cercano", de manera que "no quiere perder el contacto con la gente y es muy sacerdote", con actitudes de "sencillez". A la espera de una nueva llamada, dice que es "imprevisible y siempre nos sorprende" y que no sabe cuándo será la próxima.


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