Otro de los desafíos que encarnan el nuevo año es la vuelta a la rutina. Esta fase suele ser larga y pesada para muchos y llevadera para algunos elegidos. Uno de ellos es Javi Henares, quien no faltó a su cita con el gol después de que lo habilitara Erik Aguado desde el flanco derecho justo antes del descanso.
Un tanto que descongestionó un primer tiempo intenso pero con pocas ocasiones. Estas estuvieron protagonizadas en su mayoría por los locales, pero el portero pozoalbense, Gonzalo, impidió el festejo del gol. Sobre todo en el ocaso del primer tiempo, cuando los aracelitanos atacaron en tromba la portería rival.
Sonó la misma sintonía tras la salida de los vestuarios. Quique Roldán, ex jugador lucentino, fue el único que dio resquicios de un empate que jamás se produjo. De hecho, fueron los locales quienes aumentaron su ventaja en el luminoso. Pablo Gallardo se adelantó a toda la zaga rojilla para cabecear un centro a balón parado que no logró atrapar el guardameta.
El frío, sumado al segundo tanto, congeló por completo la opción de remontada. A falta de un cuarto de hora, el único sobresalto de la grada se produjo con la llamada de Maero por parte de Dimas Carrasco. El que fuese máximo goleador de la categoría demostró en poco tiempo todo lo que aportará al equipo: liderar la presión, buscar la espalda rival y, sobre todo, ensayar potentes disparos.
No obstante, la última ocasión clara estuvo en las botas de Zara, quien envió su disparo al palo. Se trató del último atisbo por disminuir distancias en el marcador. Un resultado que no permutó para que sí lo hiciese la posición en la tabla del Ciudad de Lucena. Un equipo hecho para soñar y que este domingo lo hará desde la nube más alta.