La última novela de Arturo Pérez Reverte, El tango de la Guardia Vieja, narra una historia apasionada de amor, que se desarrolla adornada con intrigas y cuarenta años de episodios fascinantes y convulsos. El nudo de la novela recorre Buenos Aires, la provincia donde nació el futbolista que le permitió al Lucena doblegar al San Fernando y auparlo, una vez más, a un balón con unas vistas inmejorables. El hispanoargentino Fede, oriundo de Avellaneda, se valió de su cabeza y de una figura heterodoxa para anotar dos tantos que apartan el objetivo de la permanencia y excitan la fantasía de los cuatro primeros aparcamientos.
El valor de la actividad de Fede se ratifica al verificar que eliminó la sombra de Fernando, el máximo goleador del Lucena. Agotado el primer cuarto de hora, con un San Fernando abundante de desparpajo, el 11 del Lucena destinó con su testa el balón adentro de la portería de Zamora. El portero visitante soportaba un tormento cada vez que el esférico se enemistaba con el césped. El extremo cordobés Carlos Martínez, alimento crucial del Lucena en cometidos ofensivos, delineó una perturbadora diagonal que los zagueros de Pepe Masegosa solo pudieron perseguir con la mirada. El balón le llegó a un intermitente Juanjo que centró con destreza al núcleo del área, lugar en el que Fede se encargó de liquidar la faena. El cuero chocó con un miembro del San Fernando y el hispanoargentino se impuso por arriba a sus marcadores y dirigió con una malévola intención el balón a la izquierda de Zamora.
El San Fernando avisó de su voluntad antes de la diana de Fede. El conjunto gaditano, revelación de esta campaña, se abrazó siempre con la verticalidad y siempre se aliaba con la mirada fija en la portería de Limones. La referencia arriba de Pedro Carrión facilitaba esta labor. Un envío de Iván Guerrero, que Pedro Carrión cabeceó ligeramente descarriado, probó la seña de identidad azulina. El sistema de juego del San Fernando dependía de la movilidad en el centro del campo de Adri Cuevas. En posición de ataque se descolgaba de Germán y se anexaba a un imponente Cristian. El mediapunta sevillano desarticulaba a la defensa lucentinista siempre que se pegaba el balón al pie. A sus 21 años, percutía repetidamente con una excelsa técnica y un asombroso descaro.
El Lucena desniveló el encuentro en la fase en la que menos derechos contrajo. El equipo visitante ocupó con profesionalidad los espacios y reprimió al Lucena. En la segunda parte, el San Fernando languideció y los locales retomaron su estilo de fútbol vistoso y útil. Ambos laterales, Germán y Cruz, este último a un nivel sublime, dotaron de profundidad a los de Falete.
En el primer acto, el Lucena careció de un plan alternativo y actuaba a arreones. Limones estiró su cuerpo desafiando a la gravedad en dos ocasiones antes del penalti de Curro Vacas. Un centrochut de Verdú y un saque de esquina de los gaditanos exigieron una respuesta firme del guardameta local. Sin paréntesis, el subsiguiente córner precedió una chilena en el área de Pedro Carrión que Curro Vacas obstaculizó con una mano. El pichichi del San Fernando se encargó de lanzar el penalti. Engañó a Limones, que eligió tapar el lado izquierdo, e igualó con su pierna derecha la contienda.
El San Fernando continuó asociándose mediante uno o dos toques y con sentido. Las transiciones con el balón de los hombres de Pepe Masegosa no eran estériles y el fin era embestir la meta de Limones. El partido se embarró al final de la primera parte por la impericia del colegiado y provocaciones mutuas en los banquillos. Un endeble Álex Quillo recogió un balón que flotaba en el semicírculo del área de Zamora y chutó sin precisión en los preparativos del intermedio.
Pepe Masegosa trastocó las ubicaciones de Polaco y Germán en el descanso. El primero se incrustó en el centro del campo y su compañero completó el centro de la defensa. El Lucena cargó sobre el área de Zamora de principio a fin. El fútbol de los locales fue más directo y el del San Fernando se trabó en exceso. El inspirado Cruz le pegó al balón desde unos treinta metros y solo el larguero evitó una obra de arte. El Lucena controló y manejo como quiso el duelo en el lapso decisivo y por ello ganó el partido.
El técnico local apostó por Pineda y triunfó en el envite. Una internada del delantero lucentino por el lado izquierdo posibilitó el resolutivo gol de Fede. El hispanoargentino se resarció de un error anterior y otorgó los tres puntos al Lucena. Se emplazó en un lugar próximo a la línea de gol y goleó a la remanguillé. Javilillo no concluyó y Fede sumó su noveno tanto en la liga. Los mítines para recordar la única obligación de la salvación de la categoría ya forman parte del pasado.
FICHA TÉCNICA:
2.-LUCENA CF: Limones, Cruz, Curro Vacas, Obregón, Germán, Sarmiento, Álex Quillo (Pineda, min.62), Jesús Lanza, Carlos Martínez (Sergio Albiol, min.90), Fede y Juanjo (Javilillo, min74).
1.-SAN FERNANDO CD: Zamora, Iván Guerrero, Sambruno, Polaco, Verdú, Germán, Adri Cuevas, Cristian, Álvaro (Eric, min.41), Pecci (Pallarés, min.63) y Pedro Carrión (Antoñito, min.86).
GOL: 1-0, min.12: Fede; 1-1, min.16: Pedro Carrión (de penalti); 2-1, min.88: Fede.
ÁRBITRO: Cid Camacho, del colegio castellano-leonés. Expulsó al futbolista del San Fernando Rodiel cuando estaba en el banquillo. Además, amonestó a los locales Germán, Curro Vacas, Álex Quillo, Pineda, Cruz y Jesús Lanza y a los visitantes David Valle, Eric, Pecci, Adri Cuevas e Iván Guerrero.
INCIDENCIAS: Partido perteneciente a la jornada vigesimoctava del grupo IV de Segunda División B, disputado en el estadio Ciudad de Lucena en presencia de unos 1.000 espectadores.
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