Bajo el eslogan "Tengo dislexia y puedo brillar", ayer, 8 de octubre, se celebró el Día Mundial de la Dislexia, una jornada reivindicativa que tiene como objetivo la visibilización de una dificultad en el aprendizaje que consiste en un trastorno específico de la lectura, que afecta la oralidad, la capacidad para la comprensión lectora, el reconocimiento de palabras escritas y la elaboración de tareas escritas.
Lucena se sumó a la campaña #UnidosPorLaDislexia tiñendo de azul varios edificios municipales. Tanto la casa consistorial como el edificio del Palacio de los Condes de Santa Ana o la nueva pasarela del río Lucena se unieron a la iniciativa, como miles de monumentos y ayuntamientos de todo el mundo. En la Plaza Nueva un vehículo de la policía local y dos motos encendieron también sus luces azules para sumarse a las reivindicaciones del colectivo de personas con dislexia, en un acto con contó con el respaldo del alcalde, Juan Pérez, y de varios miembros de la corporación municipal en representación de la corporación.
Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 10% de la población mundial convive con esta problemática. Se calcula que este trastorno del aprendizaje está detrás de cuatro de cada seis fracasos y abandonos escolares. Sin embargo, la falta de conocimiento sobre la dislexia y la falta de formación específica en algunos ámbitos educativos y formativos al respecto, conlleva a innumerables dificultades en el proceso de aprendizaje de las personas que sufren este trastorno, al no poder reconocer sus necesidades particulares y acompañarles de manera integral en su proceso educativo.
Esta situación se reproduce incluso en el ámbito del acceso al empleo a través de oposiciones y procesos selectivos, donde las personas con dislexia no optan en igualdad de condiciones con el resto de aspirantes, según explicaba ayer Enrique Cuenca, representante en Lucena de algunos de los colectivos nacionales que han promocionado esta iniciativa reivindicativa.
