"Manolito" no está solo y sigue esperando ser adoptado por una familia (fotos)

09 de Abril de 2013
 "Manolito" no está solo y sigue esperando ser adoptado por una familia (fotos)
"Manolito" no está solo y sigue esperando ser adoptado por una familia (fotos)
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"Manolito", el perro rescatado hace justo una semana por los bomberos y trabajadores de Aquagest en una tubería en la que llevaba encerrado más de dos semanas no está solo. Ayer tuvimos la oportunidad de verlo en el Centro de Acogida Canina de Lucena, con el que la delegación municipal de Sanidad tiene concertado el servicio de recogida de animales de la vía pública, en la zona residencial de Campo de Aras.
 
En una de sus casi sesenta jaulas, con capacidad para más de 250 animales, pudimos ver y jugar durante unos minutos con "Manolito" y con su madre, que comparten jaula desde que fueron rescatados de una canalización en la zona de San Juan de Dios. Pero no son los únicos habitantes de este centro, en el que otros sesenta perros de distintas razas, tamaños y edades y un denominador común: haber sido abandonados, esperan la llegada de alguna familia que quiera poner un perro en sus vidas y ofrecer un hogar a uno de estos animales.
 
Este moderno complejo de acogida de animales es gestionado por el veterinario lucentino José Requerey, que nos comenta que cada mes son recogidos en las calles y polígonos industriales entre 60 y 70 animales –fundamentalmente perros y gatos– aunque en el pasado mes de noviembre llegaron a ser 102. De ellos un veinte por ciento son devueltos a sus dueños, bien por ser identificados a través de microchips o por ser reclamados y otro diez por ciento son encontrados muertos –normalmente atropellados–.
 
Los animales restantes ingresan en el centro, donde son sometidos a control veterinario previo para conocer su estado. La concejal de Salud, Mari Carmen Aguilera, señala que "aunque la normativa vigente autoriza el sacrificio de aquellos animales que no sean retirados por sus propietarios en un plazo de diez días, en este centro solo son "eutanasiados" aquellos que presentan heridas o enfermedades muy graves". En este sentido el responsable del servicio, José Requerey, indica que "son un pequeño porcentaje, perros que sufren enfermedades degenerativas en un estadio avanzado, parálisis medulares o enfermedades graves como la leismaniosis, insuficiencias renales o tumores, perros que en cualquier consulta veterinaria recibirían esa misma recomendación". 
 
Los restantes permanecen en las instalaciones del centro a la espera de acogida. Una parte de ellos salen al extranjero –fundamentalmente a Alemania– a través de colectivos como la Asociación Protectora de Animales (APAMA). De los acogidos ayer, una veintena han sido ya seleccionados por su tamaño o características para este propósito. Menos suerte tienen los más ancianos, los de mayor tamaño o de razas consideradas peligrosas, que tienen más dificultades para la adopción. Según Requerey "en el centro hay animales que llevan aquí más de nueve meses, como lo demuestran sus fichas de entrada", que pueden verse en las puertas de cada jaula, en las que se indican los datos del animal y el lugar y fecha en el que fue recogido.
 
VENTAJAS PARA ADOPTAR
Para facilitar la adopción de estos animales, la empresa que gestiona las instalaciones ofrece ahora un curso de adiestramiento básico durante cuatro fines de semana. "Es un servicio pionero que queremos ofertar a las familias de adopción, que a veces temen que los perros no estén adiestrados o no saben como cuidarlos". El servicio se ofrece en otras instalaciones de la clínica CAN en la misma zona y por personal especializado. "Además, los perros son entregados con microchip, pasaporte y vacunas por un precio muy reducido y cuentan con un cincuenta por ciento de descuento en los tratamientos habituales durante toda su vida en nuestra clínica", indica Requerey, una medida a la que se pretende sumar a otras clínicas veterinarias de la ciudad para apoyar la adopción. 
 
UN SERVICIO NECESARIO
El servicio municipal de recogida de animales fue renovado la semana pasada para un nuevo año tras el oportuno concurso público, al que se presentaron dos empresas lucentinas. El ayuntamiento de Lucena paga unos 1.500 euros al mes por el servicio, más 50 euros por animal recogido vivo –80 si está muerto, incluyendo la incineración–. El máximo anual del contrato es de 55.000 euros y ha sufrido una reducción de casi 20.000 euros desde el año pasado. El servicio incluye el mantenimiento del centro, la realización de rondas de vigilancia periódicas en las nueve zonas en las que se ha dividido la ciudad, incluidas las aldeas y los polígonos. Ayer, mientras realizábamos este reportaje llegaron al centro tres perros, como puede verse en las fotos. Mari Carmen Aguilera señala que "se trata de un servicio absolutamente necesario y que está obligado a prestar el ayuntamiento, tanto desde el punto de vista del control sanitario como desde el punto de vista de la seguridad de los ciudadanos, ya que un animal abandonado puede estar enfermo, morder a alguien o causar un accidente de tráfico, entre otros aspectos".
 
En estos momentos el Centro de Acogida Canina de Lucena no tiene un horario concreto de visita debido a la reducción de presupuesto, aunque la empresa y el ayuntamiento esperan solucionar este aspecto en unos días. Mientras tanto, tanto si quieren ver los perros acogidos como adoptar a algunos de ellos, existe un teléfono a disposición del público, el 670 015 569.
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