Vive, ama y lucha

04 de Febrero de 2016
 Foto: Paquita Ramírez Quintero
Foto: Paquita Ramírez Quintero

Yo, que soy una amante de la lectura y una romántica empedernida, compré, un día cualquiera de mis treinta y cinco primaveras, un libro: Amor, medicina milagrosa, del Dr. Bernie S. Siegel.

Cuándo empecé a leerlo descubrí que no trataba de lo que yo creía… romanticismo.

No, trataba de amor auténtico, del que ayuda a las personas a seguir adelante en los momentos más duros. Todo el libro trataba de casos de cáncer, de todos los tipos, de todas las formas de afrontarlo…y, sobre todo, de la importancia del Amor que se necesita para sobrellevar la enfermedad. Lo leí hasta el final con el entusiasmo que se leen las cosas importantes y, aunque los temas eran duros, nada tenían que ver conmigo.

Pues la vida se guardaba una sorpresa para mi y aquella lectura fue premonitoria.

Recién acabado el libro y de manera casual (aunque nada es casual), me detectaron un melanoma, un cáncer de piel. Acababa de cumplir 36 años y, según el diagnostico, la cosa no pintaba bien. Yo solo pensaba en mis hijas, de 14 y 10 años, respectivamente. ¡Me necesitaban! A ellas y a mis padres se lo oculté mientras pude.

En aquel libro yo había leído el caso de un hombre que sobrevivió 7 años a un melanoma. Yo pensaba en eso y pedía al cielo vivir… 5, 7… 10…, hasta ver a mis hijas mayores y fuertes.

Tiré el libro a la basura porque opté por releer los casos que allí se narraban para valorar mis posibilidades; con unos me consolaba, con otros me hundía. Años muy duros. Los contaba y suplicaba vivir otro más, por mis niñas.

La vida ha sido muy generosa conmigo, pues el 24 de Abril hará 21 años de la fatal noticia y en mi corazón llevo el agradecimiento a los médicos que me intervinieron y a las personas que me cuidaron.

Hoy, cuento mi vivencia por si, al hacerlo, puedo ayudar a quienes estén sufriendo a consecuencia de algún tipo de esta maldita enfermedad. En mi caso no puedo tomar el sol, salvo a primeras u últimas horas del día y siempre con protección solar alta, además de mucha vigilancia a los lunares.

No tengamos miedo a pronunciar la palabra cáncer, tengámosle el suficiente respeto como para prevenirlo. Y aunque pensemos que a nosotros no nos va a tocar…en el bombo estamos todos.

Cuídate, vigílate y…si toca… ¡LUCHA Y AMA!

Y si me necesitas, aquí me tienes.

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