La juventud sostiene la prolongada historia carmelitana

19 de Marzo de 2013
La juventud sostiene la prolongada historia carmelitana
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MANUEL GONZÁLEZ @m_gonzalezgcia

De 1606 a 2013. La Venerable e Ilustre Archicofradía del Carmen pervive después de casi cuatrocientos diez años y tras sobreponerse a etapas difíciles y convulsas. Esta hermandad carmelitana es la cuarta cofradía más vetusta de entre las que en el presente continúan activas en Lucena. Únicamente, las asociaciones religiosas de la Soledad, Nuestro Padre Jesús Nazareno y la de la Pasión –esta tras varias transformaciones- superan en edad a la cofradía cuyo hermano mayor es Francisco Manuel Villalba Muñoz, decisivamente apoyado en la actualidad por una vocalía de juventud activa y comprometida.

La cofradía carmelitana, según los datos que maneja la junta de gobierno, nunca experimentó una refundación, aunque sí soportó varias décadas decadentes, a causa de las fatigas económicas. A partir del año 1960, un grupo de lucentinos fusionaron sus energías para fortificar esta archicofradía adscrita a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen.

En aquellos tiempos, algunos pasos desconocidos para la mayoría como el Cristo del Gran Poder, también conocido como el Nazareno del Pino, o el Cristo de las Penas realizaban en Lucena estación de penitencia. Ambos permanecen expuestos en la iglesia carmelitana. Por el contrario, el Cristo de la O está retirado del culto al público puesto que lo están restaurando.

Antonio Medina Orellana, ostentó el cargo más elevado de la hermandad del Carmen en la segunda parte del siglo XX. Los datos que posee la archicofradía apuntan a que el recorrido de los pasos del Carmen por aquellos años incluía el barrio de La Barrera. En la década de los años ochenta, la cofradía del Carmen empezó a ausentarse de la Semana Santa de Lucena.

En el año 1996, rebrotó de su propia historia. Diecisiete años más tarde, en el corriente 2013, seis personas conforman la junta de gobierno. El funcionamiento cotidiano de la cofradía marcha, muy en buena parte, por la implicación de un nutrido grupo de jóvenes, tanto de la zona del Carmen como de otros lugares de Lucena, y que encabezados por Francisco Luque, y desde hace tres años, están defendiendo una fracción de raigambre en la tradición pasionista de Lucena. La junta de gobierno del Carmen los sitúa en el lugar que corresponde y les encomienda diversas competencias.

La remozada archicofradía se presentó oficialmente en el 1997, después de tres años previos organizando cultos a sus titulares y preparando la salida procesional. En el año 2000, los santeros portaron al Cristo de la Humildad; en el año 2001, Nuestro Padre Jesús en su entrada en Jerusalén fue paseado por Lucena; y, finalmente, en el 2002, se incorporó al cortejo la Virgen de los Dolores. Además de estas tallas, la hermandad del Carmen, que integra un sentir pasionista y otro de gloria, también atiende a la Virgen del Carmen, titular de la parroquia de idéntico nombre.

Francisco Manuel Villalba Muñoz, hermano mayor del Carmen en el presente, confirma que a ningún hermano de la cofradía se le ha notificado la baja por no poder efectuar el pago de la cuota. Expresa con satisfacción que en la junta de gobierno son conscientes de la delicada situación económica y, por ello, no le negarán a nadie una túnica ni una vela.

La partida dedicada a caridad es la que más preocupa a los miembros de la cofradía carmelitana. Ni se plantean a corto plazo idear o acometer proyectos, únicamente saldar las deudas de los ya finalizados.

Desde la junta de gobierno se solicita la anexión de más personas e ideas nuevas. Aliento humano antes que material es la urgencia de la citada cofradía. Otro punto en el que incide el hermano mayor de la cofradía es en la relación con los manijeros. Lamenta la impresión generalizada de que su hermandad les exige demasiado económicamente y subraya que no es así. Lo ejemplifica con hechos como la supresión de la cena cofrade y que solo en el año principal de la manijería se entregan unas papeletas para participar en una rifa.

El futuro de la cofradía, según manifiesta su principal representante, es mantenerse anualmente y expandir el sentimiento carmelitano, en primer lugar, por el distrito más próximo, y luego, por todo el pueblo de Lucena. Desmiente que la hermandad sea un espacio cerrado y anima a cualquier persona a que se integre en la misma. La define como una asociación de fieles abierta a todo el mundo. Asimismo destaca la inmensa gratitud a ciertos colaboradores anónimos que siempre le han abierto sus puertas y sus corazones y asegura que la caridad, mientras alguien lo necesite, será el punto de mira primordial de la Venerable e Ilustre Archicofradía del Carmen, imponiéndose, si el caso lo requiriese, a la realización de la estación penitencial.

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