Por tercer día consecutivo en esta Semana Santa, marcada desde su inicio por la inestabilidad meteorológica, la previsión de lluvias ha trastocado todos los planes iniciales sobre el normal desarrollo de los desfiles penitenciales.
La Archicofradía del Carmen partía con 15 minutos de adelanto sobre el horario inicialmente previsto. Poco antes de las 17:30 horas se abrían las puertas del remozado templo carmelita para dar salida a los pasos procesionales de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y María Santísima de los Dolores, que mandaron Rafael Cortés Varo y Jesús Molinero Cabello respectivamente. Con paso firme y sin dilación, la cofradía se dirigía por las calles Párroco Joaquín Jiménez Muriel, Maquedano, El Coso y Barahona de Soto hasta la parroquia de San Mateo, donde encontraba cobijo ante la inminente previsión de lluvia. Unos quince minutos más tarde, la cofradía decidía volver a su templo por el mismo camino, aprovechando que en ese momento todavía no llovía, pero a la altura del Paseo del Coso se veía sorprendida por el primer aguacero de la tarde, obligando a los santeros a depositar los pasos en el suelo para protegerlos con un plástico, acelerando posteriormente el ritmo para alcanzar la iglesia de El Carmen.
Por su parte, las dos hermandades de San Mateo: Humillación y Servitas y Amor y Paz, decidían a primera hora de la tarde, de común acuerdo con la Agrupación de Cofradías, retrasar sus horarios de salida hasta las 8 de la tarde, hora para la que, según las indicaciones ofrecidas desde los servicios meteorológicos, podría darse por cerrado este nuevo capítulo de precipitaciones. Posteriormente, se establecía un segundo aplazamiento de la salida hasta las 21:00 horas.
A esa hora se ponía fin a la incertidumbre para los hermanos, santeros, mantillas y músicos que llenaban el templo. Como ya ocurriera hace dos años, ambas hermandades salían por el lateral de la Plaza Nueva hacia las Cuatro Esquinas y bajaban el tramo de Las Torres hasta la Cuesta del Reloj, para regresar a San Mateo por el centro de la Plaza Nueva, culminando una breve, pero intensa estación de penitencia, en la que no faltaron las largas filas de hermanos de vela, los cuerpos de mantillas, las saetas a pie de trono, las marchas procesionales, la santería y, en los minutos finales de la procesión de cofradía del Amor, un aguacero cuando se disponía a entrar en el templo el paso de palio de la Virgen de las Campanitas.
A reseñar el estreno en nuestra Semana Santa del paso de misterio de Ntro. Padre Jesús de la Crucifixión, conjunto escultórico, obra del imaginero lucentino Francisco Javier López del Espino, presentado durante la pasada Cuaresma, que conserva la imagen de Cristo del conjunto original tallado por el lucentino Pedro Muñoz de Toro en la segunda mitad del siglo XIX e incorpora dos soldados romanos y el espectacular centurión a caballo, de nueva factura.
El Santísimo Cristo de la Humillación tuvo como manijero a Juan Manuel García Montes, en tanto que bajo el paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores Servitas mandó a los santeros Antonio Redondo Álamos. Por otra parte, el Santísimo Cristo del Amor tuvo como manijero a Javier Martos Hernández, el paso procesional del Misterio de la Crucifixión a José Antonio Manjón-Cabeza Muñoz y María Santísima de la Paz (Campanitas) fue santeada por la cuadrilla de Francisco Muñoz Granados.
En definitiva, una nueva jornada de cofradías y santería deslucida por la inestabilidad meteorológica.
