A pocas horas del inicio de la segunda noche de Montijazz Vendimia, Ángela Cervantes viajaba hasta Montilla dejando escapar por redes su alegría por el inminente reencuentro sobre el escenario con el ‘maestro de la sonrisa perenne’. Un pianista cubano Pepe Rivero, que nada más dejarse ver por el patio de Bodegas Alvear anunciaba que iba a ser una noche inolvidable. Y su amenaza se cumplió.
Paso a paso –uva a uva, digamos— el festival que cada septiembre saborea el mejor jazz y vino afianza a Montilla como tierra de agradables experiencias en torno al enoturismo. Que el ajetreo rutinario de una bodega se detenga, por unas horas, ante el imponente sonido de la música en directo siempre supo embaucar al espectador, que en el caso de Montijazz demuestra, con experta habilidad, saber conjugar el silencio, el aplauso y la copa de vino en mano.
Concluye el primero de los dos fines de semana de Montijazz. El maridaje de la percusión argentina de Marcelo Woloski (ganador de tres Grammy) y la voz y el piano de la polaca Joanna Kucharczyk, en un viaje sonoro por los dos países referentes en Quiet Colors, deslizó en una de sus canciones, sin querer queriendo, como decía aquel, una frase que bien podría quedarse como lema del festival: ‘El que bebe de tu vino, gana de tus sueños’.
Con este dulce dúo abría la función del sábado un festival que venía de encadenar en la primera noche el joven cuarteto de Carmen Lancho con una sorprendente propuesta liderada por el pianista Daniel García y su disco ‘Wonderland’, hecho con mimo y con el ritmo cubano de Reinier Elizalde ‘El Negrón’, al contrabajo, y Michael Olivera, a la batería.
Solo fue un aperitivo de la música de Cuba. Con Pepe Rivero volvieron a subirse al escenario en un majestuoso septeto que completaban el vibrafonista colombiano Sebastián Laverde y otros dos cubanos, Román Filiú (saxo) y Yuvisney Aguilar (percusión). Con tal reparto nada podía salir mal, por eso cuando Ángela Cervantes tomó el centro de la formación para añadir la voz a aquel mosaico, la magia de Montijazz decidió abrirse camino sobre el aforo, completo ambas noches. Incluso Michael Olivera se arrancó como cantante apoyado sobre un piano al que parecía querer abrazar con las míticas ‘Tres palabras’ de Osvaldo Farrés.
El cierre de Montijazz 2025 en Cooperativa La Unión
Para el segundo fin de semana, la agenda reserva la visita al patio de La Unión, que este año abrirá sus puertas a una propuesta de Menil Swing y su jazz manouche, estilo europeo de los años 30, que tuvo al guitarrista Django Reinhardt como gran exponente. Será el sábado 20 de septiembre (22:00 horas, entradas en www.giglon.com y DonCopymon) como muestra de las innumerables variedades musicales que cogen en esto del jazz, casi tantas como la gama de vinos Montilla-Moriles que se prestan a ser saboreadas en una noche de septiembre, ahora que el fruto de la vendimia empieza a vivir en tinajas y botas.
Camino de cumplir su primera década, Montijazz Vendimia consolida su formato gracias al apoyo del Ayuntamiento de Montilla, a través de la Concejalía de Turismo, que encabeza la amplia nómina de colaboradores institucionales y privados que en estos nueve años de andadura han venido a sumarse a un formato que representa un guiño más, otro, hacia el sector vitivinícola de Montilla en su afán de conquistar nuevos consumidores y seguidores para la cultura identitaria de esta tierra.

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La formación del cubano Pepe Rivero, este sábado en Montijazz Vendimia

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