Ayer comenzaron a funcionar los dos radares pedagógicos que el Ayuntamiento de Lucena ha instalado en Ronda de San Francisco y Avenida de Santa Teresa con el objetivo de mejorar la seguridad vial del municipio y concienciar a los conductores sobre la velocidad a la que circulan, sin carácter sancionador. Al mismo tiempo, también se está realizando la instalación de los paneles que medirán en tiempo real la calidad del aire y el nivel de ruido en la ciudad.

Los nuevos radares —colocados en estos dos puntos estratégicos de la trama urbana— muestran en una pantalla LED la velocidad detectada, alertando con cambios de color o símbolos si se sobrepasan los límites establecidos. Según ha explicado el concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Lucena, Ángel Novillo, “los radares pedagógicos instalados no tienen carácter sancionador, sino que buscan concienciar al ciudadano sobre la velocidad a la que circula. Queremos promover una conducción más segura y respetuosa mediante esta información”.
Medición de la calidad del aire

En paralelo, el consistorio se encuentra realizando las labores de instalación en Avenida del Parque y Avenida de Santa Teresa de los dos paneles con sensores medioambientales, que permitirán medir parámetros como la concentración de gases contaminantes, partículas en suspensión, temperatura, humedad o niveles de ruido. “La incorporación de estos paneles con sensores integrados nos permitirá disponer de datos fiables integrados con el sistema informático del Ayuntamiento en tiempo real, obteniendo información estadística sobre la calidad del aire y la contaminación acústica, lo que facilitará la adopción de medidas eficaces para mejorar el entorno urbano”, ha señalado Novillo.
Estos paneles de mensajes variables tipo tótem, tienen un formato vertical, con pantalla digital de 134x76 centímetros y sobre báculo, con capacidad de albergar sensores medioambientales en su interior; las propias estaciones medioambientales, con disponibilidad de enviar datos en tiempo real sobre contaminación por gases nocivos y de efecto invernadero como dióxido de nitrógeno (NO2), ozono (O3), dióxido de azufre (SO2) o monóxido de carbono (CO), así como contaminación por partículas, nivel de sonido, temperatura y humedad.
El proyecto, con un coste final de 50.287,52 + IVA , será financiado a través del Programa de Ayudas a municipios para la implantación de zonas de bajas emisiones y la transformación digital y sostenible del transporte urbano, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (NextGeneration-EU). Todas estas soluciones digitales quedarán integradas dentro del paquete "Smart City".