Jornada culmen de la Cuaresma en Lucena pese a la adversa meteorología. El cuarto domingo dentro del tiempo cuaresmal, conocido como el domingo de "laetare", trajo consigo hasta seis actos devocionales en que cofrades, santeros y devotos han podido acercarse a sus titulares, imbuidos en el ambiente pasional que poco a poco comienza a apoderarse de nuestra ciudad.
El Señor de la Columna ha acogido en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol a sus devotos en acto de veneración en el tercer día de triduo, tras celebrarse ayer el acto de clausura del centenarion de la fundación de su cofradía. Cabe destacar la importancia de esta celebración, cuando la imagen se encuentra muy próxima a afrontar la segunda parte de su intervención por parte del restaurador Pedro Manzano Beltrán.
El Santísimo Cristo de la Sangre, junto a la Virgen del Mayor Dolor, presidiendo su altar de cultos, se encontraba en besapiés en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, en este año marcado por la efeméride de los cien años de vida de su cofradía.
Por otra parte, el Cristo de la Humillación aguardaba en el presbiterio de la parroquia mayor de San Mateo, tras celebrarse ayer el V Pregón de la Juventud Servitas.
También Jesús del Valle en la parroquia de la Sagrada familia estuvo en devoto besapiés como colofón a los cultos celebrados en su honor. El Cristo, que lucía corona de espinas dorada y túnica bordada, se presentaba cargando su cruz de madera natural con cantoneras doradas, completando la escena María Santísima de la Amargura ataviada de hebrea. Llamó la atención su naturalista exorno floral, así como la disposición que conjuntó los faroles del paso del Cristo junto con los candelabros de cola del palio.
Nuestro Padre Jesús de la Bondad se encontró expuesto a la veneración de sus fieles en la capilla filipenseben un acto que finalizó con la ya tradicional subida al trono de la imagen, donde ya espera un nuevo Domingo de Ramos.
Por último, la Virgen de la Pasión volvió a irradiar su belleza en la iglesia conventual de la Madre de Dios de los Reverendos Padres Franciscanos, en una tarde de besamanos con sabor a reencuentro, toda vez que la imagen ha sido sometida a un proceso de restauracion los ultimos meses por en el taller montillano del restaurador local Manuel Espejo. Las imágenes a este Domingo de Laetare las pone Jesús Cañete Fernández.