A las nueve de la noche partía partía de la parroquial de San Mateo la Cofradía del Stmo. Cristo del Amor y María Stma. de la Paz "Campanitas", siguiendo los pasos de la de Humillación y Servitas, tras compartir la misma suerte en esta noche de Martes Santo en la que las inclemencias meteorológicas marcaron el devenir de las tres hermandades que tenían anunciada su estación de penitencia en Lucena.
Tras una hora y media de incertidumbre y espera en el interior del templo, las cofradías determinaban salir brevemente por la Plaza Nueva aprovechando un intervalo sin previsión de precipitaciones. Así, el Cristo del Amor, que ayer tenía como manijero a Javier Martos Hernández, abría el cortejo procesional, precedido por numerosos hermanos de vela, con sus habituales túnicas rojas y capirotes blancos. El Nazareno blanco del Martes Santo lucentino fue realizado a partir de un Ecce Homo de Ntro. Señor, obra del escultor Alonso Cano, siendo Luis Tibao y Andrés Cordón los autores del cuerpo, pies y manos de la Sagrada Imagen, en el año 1808.
Le seguía el espectacular nuevo paso de misterio de Ntro. Padre Jesús en su Crucifixión, popularmente conocido como "Barrenillas" por la imagen del niño que, barrena en mano, realizaba un agujero sobre la cruz en la que va a morir Jesús y que ya no aparece en el paso, tras la completa renovación de todas las imágenes complementarias por el imaginero lucentino Francisco Javier López del Espino. Este Martes Santo fue mandado ayer por José Antonio Manjón-Cabeza Muñoz.
Pese al retraso en la salida y las inclemencias meteorológicas que marcaron la jornada, un numeroso grupo de mantillas acompañaron en su salida a la Virgen de la Paz, la hermosa Dolorosa realizada por el imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo para esta cofradía, que rápidamente adoptó el nombre de "Campanitas", por el constante tintineo de las pequeñas campanas situadas en las barras de palio de su trono, uno de los más pesados de la Semana Santa de Lucena. Ayer fue su manijero Francisco Muñoz Granados. Les dejamos algunas fotos de esta breve estación penitencial por en entorno de la Plaza Nueva, que tampoco se libró de la lluvia en sus compases finales, todas ellas realizadas por Jesús Cañete Fernández.