El programa de Rajoy

02 de Agosto de 2013
 El programa de Rajoy
El programa de Rajoy
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Como es bien sabido, Rajoy basó la campaña electoral, que lo condujo al gobierno por amplia mayoría, en una idea marco, un “frame” que dirían, los que en sus modales, vestuario y lenguaje denotan gustos propios de la clase social acomodada, los pijos –definición del diccionario.- Dicha idea marco consistía en repetir ad nausean allá donde pudiera, y con cualquier excusa, que la crisis económica era consecuencia, en exclusiva, de la ineptitud de Zapatero en primera persona y de su gobierno, formado poco más que por inútiles e irresponsables, en segundo termino.
 
El éxito coronó sus esfuerzos y ahora ya sabemos exactamente de que se trataba, ya no es posible ocultarlo, la realidad ha hecho luz sobre el verdadero programa de Rajoy, sobre el programa oculto que hurtó a los electores, sobre su verdadera faz política.
 
Una vez llegado al gobierno empieza sus “reformas” comenzando por la reforma laboral, pues el desempleo fue el mayor de sus reclamos, cuyos objetivos declarados eran y son:
1. Crear empleo
2. Terminar con la dualidad empleo fijo/temporal
3. Aumentar la empleabilidad -perdóneseme el palabro pero es el que emplean los técnicos-
 
Y un objetivo no declarado:
Conseguir la competitividad de la economía española mediante una fuerte devaluación interna, –una fuerte bajada del salario medio, dicho en lenguaje llano–
 
Una vez las reformas de Rajoy en marcha podemos analizar el resultado:
 
La reforma laboral, en cuanto a los objetivos declarados, ya sabemos el modo en que se van cumpliendo, con más paro, más temporalidad y menos empleabilidad, –justamente el resultado pretendido para ganar competitividad mediante la devaluación interna–
 
 
Por lo que respecta al objetivo no declarado, la bajada de salarios, se cumple rigurosamente y los salarios bajan y bajan, presionados por el desempleo masivo, la precariedad laboral y la neutralización legal de los sindicatos.
 
La vía alternativa, conseguir la competitividad mediante el Know how -el saber como- requeriría fuertes inversiones en educación en primera instancia y un alto nivel de investigación científica y tecnológica, cosa que, ya desde Unamuno -recuérdese el que “inventen ellos” – es repudiado por las elites económicas cuyo objetivo es la rentabilidad inmediata conforme a la teoría de las elites extractivas –teoría económica formulada por los economistas Daron Acemoglu y Jim Robinson, que lo definen como “un sistema de captura de rentas que permite, sin crear riqueza nueva, detraer rentas de la mayoría de la población en beneficio propio”–
 
Ese es, ni más ni menos, el programa oculto de Rajoy, programa que, por otra parte, no es nuevo ni mucho menos, pues ha sido practicado por las elites extractivas desde Felipe III y su poderoso valido el Duque de Lerma, aunque por aquel entonces no les era necesario disimulo alguno.
 
Prosigue con la sanidad. Dado que la forma de enriquecimiento más rápida utilizada hasta el pinchazo de la burbuja financiera-inmobiliaria, el pelotazo urbanístico, ha dejado de ser posible, Rajoy se ha fijado en un nicho económico sin explotar, –ocupado hasta la fecha por la administración pública por lo que no es posible hacer negocio–, la sanidad.
 
Para ello, emboscado en la “eficiencia”, va dando los pasos necesarios para devaluar la sanidad pública y así estar en condiciones de ceder, a precio de saldo, a la iniciativa privada toda aquella parte que pueda significar beneficio dejando para la pública lo que no constituya negocio. Nuevamente la utilización de la política, desde el poder, para beneficiar a elite extractiva, representada políticamente por Rajoy y su partido, circunstancia que previamente fue ocultada, durante la campaña, a los electores.
 
Continúa con la educación. He ahí otra importante fuente de negocio a la par que importantísimo instrumento para cumplir su oscuro designio. Nada mejor que la excusa de la crisis económica para desmontar el sistema de educación publica – verdadero motor de la igualdad de oportunidades-, pasando a la iniciativa privada todo lo rentable, y dejando para lo publico aquello que no lo constituya, consiguiendo objetivos muy queridos por la derecha, como son el dinero rápido, fácil y sin riesgo, la perpetuación de la elite -vedando la educación superior a aquellos que no puedan pagarla, que son la mayoría- y adoctrinando en valores político-religiosos que, para sus propósitos, se han demostrado eficaces durante largos periodos, al tiempo que se consigue una mano de obra diligente y obediente, huérfana de derechos laborales, mano de obra ideal para los fines perseguidos.
 
Ese es el verdadero rostro político de Rajoy, el que enmascaró durante la campaña electoral, el que la evidencia ha puesto al descubierto, ni más ni menos que el rostro de la desigualdad y el mantenimiento del predomino, sin controles políticos, de la elite, el de la desigualdad social y el privilegio de unos pocos.
 
Y como muestra, un botón. Cita literal de un escrito de, por aquel entonces, joven diputado en el parlamento gallego:
 
“….Ya en épocas remotas -existen en este sentido textos del siglo VI antes de Jesucristo- se afirmaba como verdad indiscutible, que la estirpe determina al hombre, tanto en lo físico como en lo psíquico. Y estos conocimientos que el hombre tenía intuitivamente -era un hecho objetivo que los hijos de “buena estirpe” superaban a los demás- han sido confirmados más adelante por la ciencia. (…)”
 
“Ya nadie pone en tela de juicio que el hombre es esencialmente desigual. No solo desde el momento del nacimiento sino desde el propio de la fecundación (…)

El hombre después, en cierta manera nace predestinado para lo que habrá de ser. La desigualdad natural de hombre viene descrita en el código genético.

(…) Por eso, todos los modelos, desde el comunismo radical hasta el socialismo atenuado, que predican la igualdad de riquezas (…) son radicalmente contrarias a la esencia misma del hombre, a su ser peculiar, a su afán de superación y progreso y por ello, aunque se llamen así mismos “modelos progresistas”, constituyen un claro atentado al progreso, porque contrarían y suprimen el natural instinto del hombre a desigualarse, que es el que ha enriquecido el mundo y elevado el nivel de vida de los pueblos, que la imposición de esa igualdad rebajaría a cotas mínimas al privar a los más hábiles, a los más capaces, a los más emprendedores…de esa iniciativa más provechosa para todos que la igualdad en la miseria, que es la única igualdad que hasta la fecha de hoy han logrado imponer….”
 
El faro de Vigo, 4 de Marzo de 1983
Por Mariano Rajoy Brey
 
El discurso ha cambiado pero los hechos permanecen, el determinismo social de clase es su bandera, aunque lo enmascare con populismo y mentiras electorales, pues como el refranero afirma, “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.
 
Juan M. Roldán

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