"Licencia para tocar", por Alfonso Jiménez

Alfonso Jiménez
Escritor
02 de Diciembre de 2013
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Si Valle-Inclán levantara la cabeza se avergonzaría de este esperpento. Es un disparate, pero ya es oficial. El ayuntamiento de Madrid acaba de publicar en el BOAM que las pruebas de la convocatoria para poder tocar en el Distrito Centro serán los días 2, 3 y 4 de Diciembre.  A este casting van a presentarse nada menos que 350 músicos,  muchos de ellos callejeros pero con la carrera completa de piano.

No se trata de una repentina "genialidad" más salida de la Botella. Es algo que ha madurado mucho tiempo con el resto de los ediles, pues de alguna manera tenían que poner coto a "la contaminación acústica" que pone en peligro a la ciudadanía madrileña. Los aspirantes deberán concurrir presentando un currículum, aportando su instrumento respectivo y realizando el exigido tocamiento para que el jurado pueda valorar su idoneidad.

Quienes superen la prueba recibirán la acreditación oficial por un año, prorrogable hasta 5, para ejercer su profesión durante dos horas diarias en las vías con aceras de 7 metros de ancho (¿cuántas hay?), excluyendo la ZPAE (zona de protección acústica especial) y las proximidades a hospitales y residencias de ancianos. Al parecer, se admiten flautas, guitarras, violines y demás instrumentos, menos la zambomba que sólo se permitiría, como excepción, para Navidad.

El descaro y la insensatez de esta medida ha levantado ampollas en el colectivo de músicos profesionales y callejeros. ¿Cómo se puede imponer un examen a quienes se buscan la vida pacíficamente, ofreciendo melodías a cambio de unas escasas monedas que les serán entregadas de manera voluntaria? ¿ No son muchos de estos músicos personas capacitadas para ocupar plaza en cualquier orquesta o conservatorio y que se encuentran subsistiendo en la calle, después de haber cursado siete años de carrera?

Muchos de ellos se van a declarar insumisos con razón, pues les resulta indignante esta exigencia, cuando para ser político o concejal no se requiere ningún examen que acredite sus aptitudes. Basta con que alguien te ponga en las listas. La señora Botella no tuvo que hacer oposiciones para ser ministra de Medio Ambiente; ni para alcaldesa de Madrid le exigieron examen alguno y está demostrando que no tenía preparación para esos cargos, que sí pueden poner en peligro la convivencia ciudadana si no se está capacitado.

Y ¿qué se hará con los que no aprueben? ¿Se les condenará a la calle en silencio perpetuo? ¿Se les pondrá una multa de hasta 30.000 euros? ¿Les embargarán la nómina que nunca existió? Nada se dice.

- Y la batería, ¿se podrá tocar la batería?  - Parece que sí, pero sólo con dos timbales y dos platos.

- Y¿podrán examinarse los que quieran tocar la caja? - No es necesario. Para eso ya tienen muchos aprobados, notables, sobresalientes y hasta virtuosos.
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