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MANUEL GONZÁLEZ @m_gonzalezgcia
Diego Valderas aplaudió con entusiasmo la arenga de la consejera andaluza de Sanidad, María Jesús Montero, en el Parlamento. La política socialista arremetió contra el Partido Popular para defenderse de las reprobaciones que en los últimos meses le están enviando los Especialistas Interinos Residentes (EIR). La izquierda de Andalucía se está esforzando y ha activado los abundantes mecanismos de los que dispone para caricaturizar a estos jóvenes trabajadores como pijos caprichosos.
Montero repitió tres veces en sede parlamentaria que la voluntad del Ejecutivo de Griñán es el diálogo. Palabras que confrontan con los hechos. Las coacciones de los dirigentes del SAS hacia estos incipientes profesionales han sido denunciadas por el colectivo que los agrupa y la Junta únicamente se ha prestado a negociar con los EIR cuando han suspendido la huelga. La consejera atrapó una botella de agua justo al concluir su perorata en el Parlamento y bebió de ella desesperadamente. Las burdas formas de Montero coinciden con el trato que le ha dispensado a los que en un futuro próximo sostendrán esa Sanidad Pública que tanto dice proteger el PSOE en el resto de España.
Los EIR andaluces soportan la desgracia de enfrentarse a un régimen socialista. Canal Sur los rotuló como 'estudiantes en huelga' y en el ámbito nacional se atiende con más gusto las protestas de los sanitarios madrileños contra la gestión externa de los hospitales y los centros de salud que la lucha de unos muchachos cuyo sueldo ronda los mil euros. La táctica de Comisiones Obreras está marcada por una calculada equidistancia entre el poder que los alimenta y unos asalariados incómodos para esta sumisa central sindical.
Al igual que el resto de funcionarios españoles, los EIR no percibirán la paga extra de Navidad y el horario mensual ha crecido en diez horas. La indignación de estos licenciados que, posteriormente, aprobaron una exigente oposición, radica en los recortes que les ha fijado la Junta. El Ministerio de Sanidad les liquida la parte ordinaria de la nómina y el Sistema Andaluz de Salud les retribuye los complementos. La Junta les ha deducido de su sueldo diez horas de guardia las más valoradas para compensar el incremento del horario y ha reducido en un diez por ciento la remuneración de las demás guardias. Además, el SAS ha restringido enérgicamente la formación que los tutores y adjuntos les aportan a los EIR.
La Coordinadora Andaluza de Representantes de EIR se lamenta de que la situación de los residentes andaluces es la más precaria de toda España. El arrojo, el compromiso y la valentía de estos jóvenes altamente preparados han excitado las actitudes más dictatoriales y altivas de una Junta de Andalucía que predica justamente lo contrario de lo que practica.
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