Opinión: "Precarios, becarios y pipiolines", por Alfonso Jiménez

Alfonso Jiménez
Escritor
22 de Mayo de 2014

 

No sólo la Ministra de Trabajo, sino todo el Gobierno en pleno defienden la Reforma Laboral y airean a cada instante los grandes beneficios que ha traído. También hay personas ingenuas o partidistas que se dejan convencer de sus ventajas. No me explico cómo se puede apoyar un decreto-ley que, de la noche a la mañana, ha facultado a los empresarios para "modificar las condiciones sustanciales de los trabajadores". Entre las grandes ventajas han sido: facilitar la reducción de plantillas, rebajar hasta la nada las indemnizaciones por despidos, disminuir los salarios descolgándose de los convenios firmados y en vigor, etc...  Creo que hemos retrocedido 60 años en derechos laborales.

He aquí unas muestras de las bondades que se han ido introduciendo: minijobs, microjobs , becarios y lo último que se está dando en el mercado de trabajo, los pipiolines. Como quiera que los de arriba recurren a anglicismos para disfrazar la realidad laboral que en España se sufre, voy a intentar traducir al castellano los diversos términos que en la actualidad se manejan.

Un minijob no es otra cosa que el trabajo que aceptan aquellas personas que se deciden a hacerlo en unas condiciones completamente precarias, es decir, con contratos a media jornada, por días o a lo sumo por unos meses. El salario no es superior a 4 euros la hora, con lo cual no suelen cobrar más de 400 euros al mes.

Un microjob es algo aún inferior. Se trata de trabajar muy pocas horas. Un ejemplo tragicómico lo ha dado una empresa vasca ofreciendo trabajo como reponedor de ¡dos medias horas a la semana! No se quién pudo aceptar la oferta pues la persona elegida se gasta más dinero en desplazarse al centro de trabajo que lo que va a percibir como salario.

Becario: es otra modalidad laboral creciente. Se trata de la oportunidad que se ofrece a un joven, normalmente licenciado, para laborar como "becario" en alguna oficina, comercio o mediana empresa. En teoría, se lo proponen como un trabajador en prácticas al que van a formar durante un año para pasar luego a la plantilla con "todos los derechos". La triste realidad es que el becari@ se convierte en un chico/a para todo, sujeto a un horario infernal, sin ningún derecho y con todas las obligaciones.

Pipiolín o pipiolino: es el último y desgarrador grito lanzado hacia el mundo laboral. Se ha detectado este abuso con motivo de la selección de 2 candidatos para un determinado trabajo. Entre los correos cruzados por los empleados de la empresa seleccionadora se escribió lo siguiente:

"Los 2 que molan. En 1 mañana fuera preocupaciones. Tal vez cueste más traer al de Toledo por 400 euros que el pipiolín gratis. Yo intentaría gratis (o como mucho 200 euros media jornada)".

Un buen amigo mío me comentaba hace poco que a su hermano propietario de olivar se le estaban ofreciendo personas a "trabajar por la comida". Pues bien, lo de los "pipiolines" es ya el colmo: trabajar gratis. Ni por la comida. Nuestros jóvenes han dejado de ser mileuristas para pasar a "miseuristas" o al trabajo gratis. ¿Es este el empleo que se va a crear? Algo se está viendo.
 

 

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