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MANUEL GONZÁLEZ @m_gonzalezgcia
Se llama Edurne Uriarte. Y, entre otras distinciones, es Premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española. Ahora, el grueso del pueblo español se ha percatado de su existencia porque ha sido contratada por 'Los Desayunos' de TVE. En la mayoría de los casos, pese a su envidiable currículo, no pasará de ser la mujer de Wert. Y lo alarmante es que a muchos ni les importa conocer su trayectoria, que se inició en el PSOE del País Vasco y en el Foro de Ermua. En España se promociona el debate fácil y triunfa el ruido sin fundamento. El componente machista ha condimentado los ataques contra esta catedrática de Ciencias Políticas, que hubo de exiliarse de su tierra vasca natal a Madrid por el acoso de los abertzales. El feminismo oficial de este país se evapora cuando se topa con una mujer que no precisa de ninguna ley paritaria para alcanzar el éxito. Es admisible que Edurne Uriarte haya sido requerida por el ente público en base a su ideología. En cambio, es un insulto y una falacia enlazar la colaboración semanal en Televisión Española con su unión conyugal.
A diferencia de otros favorecidos por el nepotismo irradiado desde las distintas administraciones públicas españolas, Edurne Iriarte ha trabajando tanto en el sector privado ABC, Expansión, El Correo, etc.- como en el público. Derriba la tesis de parentesco constatar que ya participó en el mismo programa al que ahora regresa en el año 2008, cuando Zapatero abrazaba la fama y José Ignacio Wert presidía Inspire Consultores.
Edurne Uriarte es víctima del terrorismo etarra y en el año 2011 recibió el galardón de la Agrupación de Telespectadores y Radioyentes como mejor tertuliana. Uriarte es sencilla y correcta en sus formas y directa y vehemente cuando defiende sus principios. Nunca ha asimilado los postulados del pensamiento único que impone el feminismo arcaico que impera en España. Por ello, ninguna asociación inspirada por este movimiento ha protegido su figura, un verdadero ejemplo tanto para las mujeres como para los hombres. Sí lo hicieron, en cambio, con una concejala socialista cuyo único mérito aireado reside en la grabación de un vídeo de dudoso gusto. Bienvenidos a España.
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