En la mañana de este sábado, 24 de mayo, en una celebración cargada de solemnidad, a la que han acudido dos cardenales una treintena de obispos y su antecesor, monseñor Demetrio Fernández; así como una treintena de representantes institucionales, monseñor Jesús Fernández González ha tomado posesión como nuevo Obispo de la Diócesis de Córdoba.
Ante unas calles engalanadas y pobladas con multitud de fieles y miembros de las comunidades Neocatecumenales, Jesús Fernández ha partido del Seminario Mayor “San Pelagio” hasta la Santa Iglesia Catedral, acompañado por monseñor Demetrio Fernández, los cardenales Osoro y Rouco Varela, los seminaristas de la Diócesis y el arzobispo de Sevilla, Mons. Saiz Meneses, como arzobispo metropolitano, hasta la Puerta del Perdón, donde ha sido recibido por el Cabildo Catedral. Allí, monseñor Jesús Fernández ha realizado la profesión de fe y ha prestado juramento antes de dirigirse a la Capilla de la Inmaculada para adorar al Santísimo y revestirse en la Capilla del Cardenal para comenzar la celebración de la Eucaristía, en la que han participado un total de ciento ochenta sacerdotes.
En su homilía, el nuevo Obispo de Córdoba ha proclamado su pertenencia a una Iglesia peregrina de la esperanza, para “salir al rescate de nuestros hermanos pobres y sufrientes”.
Ante las más de tres mil personas que han participado en la Eucaristía de inicio de su pontificado, el nuevo Obispo ha llamado a concebir también el Evangelio como “herramienta social” que requiere compromiso a favor de la justicia, la paz y la promoción humana, tal como ha recordado el Papa León XIV al inicio de su pontificado.
“Me propongo ser servidor de todos”, ha expresado el nuevo Obispo, que ha pedido a los fieles laicos trabajar a favor de los derechos humanos básicos como el derecho a la vida, al trabajo digno, a la vivienda o la libertad religiosa, especialmente para apoyar a los “pobres, los frágiles y los excluidos”, favoreciendo el diálogo, el encuentro y el cuidado del medioambiente.