El proyecto para el soterramiento de la línea de alta tensión que sobrevuela los terrenos del futuro centro sanitario de Lucena sigue acumulando obstáculos. Esta mañana, el alcalde Aurelio Fernández ha anunciado que el Ayuntamiento tomará en los próximos días una decisión definitiva sobre el futuro del contrato adjudicado a Elecnor Servicios y Proyectos, tras meses de desencuentros con la empresa por el coste final de la actuación.
Según ha explicado el regidor lucentino, el Consistorio baraja la posibilidad de suspender el contrato actual y licitar nuevamente las obras si no se alcanza un acuerdo. “No podemos seguir sin días ni fechas. O se aprueba el incremento y se empieza la obra, o se rompe el contrato y se vuelve a licitar”, ha afirmado con rotundidad.
El origen del problema radica en la solicitud de 70.000 euros adicionales por parte de Elecnor, que argumenta un incremento de costes materiales desde la adjudicación del contrato, formalizada en enero de 2023 por un importe de 694.907 euros. Esta solicitud se suma al aumento ya aprobado previamente, en octubre de 2024, tras la modificación del trazado de la línea, que elevó el presupuesto a 772.845 euros. Sin embargo, los servicios jurídicos municipales no comparten en su totalidad los argumentos de la empresa y mantienen abierta la revisión técnica de la petición. Tras la última respuesta de Elecnor y el informe emitido por la empresa encargada de la dirección técnica, Satel, son los servicios jurídicos municipales los que deben decidir si aceptan los argumentos de la adjudicataria o mantienen su oposición.
Una historia de retrasos y complicaciones
El soterramiento de la línea es una de las condiciones asumidas por el Ayuntamiento en virtud del protocolo firmado con el SAS en 2019 para facilitar la implantación del nuevo centro sanitario en los terrenos de El Cahiz. El proyecto técnico fue aprobado en 2021, pero desde entonces ha enfrentado una larga serie de obstáculos administrativos, técnicos y económicos que han impedido su ejecución.
El proyecto contempla el soterramiento de 215 metros de la línea de alta tensión de 132 kV “Baena – Iznájar”, entre la urbanización El Cahiz y la carretera CV-218, liberando así el terreno reservado para el futuro equipamiento sanitario. Los trabajos incluyen la creación de dos cámaras de empalme y se desarrollarán sobre el margen derecho de la carretera N-331, con un plazo de ejecución estimado en cuatro meses.
Tras varias adjudicaciones fallidas, el acta de replanteo con Elecnor se firmó en diciembre de 2023, pero las obras nunca llegaron a iniciarse. En un primer momento, por desacuerdos técnicos entre Elecnor y Endesa —propietaria de la línea— que requirieron rehacer el trazado, la documentación y permisos. Más tarde por el actual conflicto presupuestario.
La próxima reunión entre Ayuntamiento, Elecnor y la dirección técnica del proyecto (Satel Ingeniería) será decisiva para aclarar si la reclamación de la empresa es asumible o si se pone fin definitivamente al contrato. Por ahora, la incertidumbre continúa.
 
     
    