Las palmeras forman parte indisoluble del altozano de El Carmen. Hace algunos años, el picudo rojo infectó uno de los ejemplares de mayor porte, que tuvo que despojado de todas sus hojas. El adecuado tratamiento permitió que, unos meses más tarde, la palmera recuperara todo su esplendor.
Sin embargo, el picudo rojo sigue ahí. Recientemente, otra palmera sufrió la misma suerte, y todo apunta a que este pequeño y agresivo escarabajo sigue ahí y ha reinfestado a otros ejemplares, como el felizmente recuperado hace un par de años, poniendo en peligro a todo el grupo de palmeras.
Así lo ha denunciado esta mañana la asociación medioambiental Mejorana, que exige al Ayuntamiento de Lucena la realización de un estudio para conocer el alcance de la infestación que sufren estas palmeras, ante la evidencia de que algunas de sus ramas han empezado a secarse, así como la aplicación de los tratamientos adecuados en cada época del año para evitar su pérdida.
ADOPCIÓN DE MEDIDAS
Antonio Palomino, miembro de Mejorana, ha explicado que hace años que la asociación propuso al ayuntamiento la creación de un censo de palmeras del término municipal, incluyendo tanto las existentes en suelo público como las de ámbito privado, para poder dar batalla a este insecto "que puede acabar con todas las palmeras de Lucena".
Además, Palomino ha señalado que, en 2008, este colectivo también instó al consistorio, sin éxito, a desarrollar una ordenanza de protección y gestión del arbolado urbano, que determinase que tipos de especies deben plantarse en parques y aceras, los tamaños adecuados de los alcorques o los cuidados que precisan, para evitar situaciones que, en demasiadas ocasiones, finalizan con la poda indiscriminada de árboles en calles y plazas. "La culpa no la tiene el árbol", afirmaba hoy Palomino ante los medios de comunicación.
Mejorana ha pedido al Ayuntamiento que "esté atento a los síntomas de infestación que presentan las palmeras de Carmen, para que se traten antes de que no tenga remedio y haya que lamentar su pérdida", recordando además que "existen otros ejemplares dañados en otros puntos de la ciudad y también en parcelas privadas, que no reciben ningún tipo de atención y que contribuyen a extender la población del picudo rojo".
