En Lucena, la solidaridad tiene un rostro concreto y una puerta siempre abierta: la del comedor social Virgen de Araceli. Cada día, este recurso atiende a decenas de personas que atraviesan situaciones límite, ofreciendo mucho más que un plato de comida. Acompañamiento, escucha y atención a necesidades básicas forman parte de una labor social silenciosa pero esencial para la cohesión de la ciudad.
Esta tarea, sostenida fundamentalmente por el compromiso del párroco de la Sagrada Familia, Fernando Martín, y de un amplio equipo de voluntarios, recibe un nuevo respaldo institucional con la firma del convenio anual de colaboración entre el Ayuntamiento de Lucena y la entidad social. A través de este acuerdo, el Consistorio destina 13.000 euros al comedor, una aportación que permitirá reforzar y dar continuidad a su acción humanitaria.
Entre 50 y 60 comensales diarios
El comedor atiende actualmente a entre 50 y 60 personas al día, muchas de ellas de diferentes nacionalidades, culturas y religiones, en un espacio que se ha convertido en punto de referencia para quienes no solo necesitan alimentarse, sino también cubrir otras carencias básicas. “Aquí vienen a comer, pero también a cargar el móvil, a pedir una manta, ropa de trabajo o ayuda para conseguir medicinas”, explica Fernando Martín, quien subraya que el comedor actúa como un auténtico centro de apoyo social de proximidad.
La aportación municipal supone un alivio para una estructura que afronta un presupuesto anual que supera los 30.000 euros, debido al encarecimiento de los alimentos, los suministros y el mantenimiento del servicio. En este contexto, la ayuda del Ayuntamiento garantiza una base económica estable que permite planificar el trabajo y asegurar la atención diaria a quienes más lo necesitan.
Apoyo institucional
El alcalde de Lucena, Aurelio Fernández, destacó que esta colaboración es una forma de respaldar una labor que el Ayuntamiento considera irrenunciable. El primer edil puso en valor el trabajo de los voluntarios y la coordinación constante con los Servicios Sociales municipales, incidiendo en que “una ciudad avanza cuando es capaz de proteger a los más débiles y no dejar a nadie atrás”.
Más allá de las cifras, el comedor social Virgen de Araceli representa un modelo de acción social cercana y humana. Iniciativas como la organización de una comida especial de Navidad en un restaurante para todos los usuarios refuerzan esa idea de dignidad e inclusión que define su día a día.
Con el apoyo institucional y la solidaridad de la ciudadanía, manifestada a traves de inciativas como la Campaña de Navidad del COF San Juan Pablo II, actualmente en marcha, el comedor continúa desempeñando un papel clave en la red social de Lucena.
