Hoy es el Dia de todos los Santos. Es la forma que la tradición religiosa ha marcado en nuestro país para rendir tributo a los seres queridos fallecidos, más allá de la importada moda de Halloween. En España, esta fiesta, víspera del Día de los Difuntos, ha sido tradicionalmente exclusivamente religiosa, una ceremonia de carácter solemne y personal, que, a diferencia del sentido ritual y festivo presente en otros países, incluye pocos detalles lúdicos.
Son días de constante trasiego de personas por la laberíntica y ordenada sucesión de tumbas y sepulturas que vertebran la sepulcral fisonomía de los cementerios municipales de Lucena. La visita principal se realiza hoy, día 1 de noviembre, aunque poco a poco, esta costumbre va quedando relegada a personas de mayor edad y los cementerios ven incrementado el trasiego por sus calles durante toda la semana previa para limpiar las sepulturas y adornarlas con flores.
El silencioso rezo de oraciones ante las tumbas donde reposan los restos mortales de los seres queridos se entremezcla en estos días con la emoción contenida, que rescata del olvido los rostros de familiares y amigos que han abandonado, sin posibilidad de retorno, la temporalidad mundana.
Centros de flores y ramos se convierten en habituales ante las tumbas, donde el clavel, la rosa, el gladiolo, el lilium y el crisantemo naturales comienzan a ceder protagonismo a la flor de plástico, made in China, que también ocupa ya un lugar destacado en jarrones y jardineras, entre cirios y velas. Cosas de la crisis, que también alcanza a nuestras tradiciones.
Desde el ayuntamiento de Lucena se ha puesto en marcha un dispositivo especial en los dos cementerios municipales con motivo de esta jornada festiva, con un servicio especial de autobús que cubre el trayecto hasta los cementerios municipales de Nuestra Señora de Araceli y San Jorge, tanto hoy como mañana, dirigido a facilitar las visitas a estos recintos. Además, con motivo de esta efeméride, los cementerios mantendrán hasta el 2 de noviembre un horario especial, permaneciendo abiertos al público de 8.30 a 18.30 horas ininterrumpidamente. También habrá un punto de información, atendido por un funcionario municipal, en el cementerio de Nuestra Señora de Araceli, los días 1 y 2 de noviembre en horario de 10:30 a 13:30 horas y de 16:30 a 18:30 horas.
Tan tradicional como llevar flores al cementerio se ha hecho el consumo de algunos productos de repostería y pastelería ligados a la fiesta, cuyo consumo es casi exclusivo de estas fechas. Gachas de cuscurrones y huesos de santo ocupan los escaparates de las pastelerías lucentinas en estos días, compitiendo con las "delicatesen" habituales.
También persisten en algunas casas algunas tradiciones populares, como las de dejar encendidas durante todo el día cirios rojos o "lamparillas" de aceite en memoria de nuestros seres queridos fallecidos.
Clásicas y cotidianas estampas, que forman parte del imaginario colectivo de Todos los Santos, envolvuelven este 1 de noviembre.
