"Justicia sí, justicia no", por José Antonio López García

13 de Febrero de 2019

Quisiera que al final de este escrito hiciéramos una reflexión y análisis de los hechos y consecuencias del asunto de las presuntas irregularidades en la contratación de espectáculos en la feria del Valle por el equipo de gobierno socialista del ayuntamiento de Lucena.

Todo el asunto comienza con las acusaciones del PP de irregularidades por parte del "hermano mayor" PSOE, acusándolo de prevaricación.

El "hermano pequeño", Dalda, el edil solitario, se entera y dice: "Esto es muy grave y se lo tengo que decir a nuestro padre (juez, juzgado). Si es verdad lo que dice el PP habrá que sancionar al PSOE por sus malas artes y engaños, pero si es mentira lo que dice el PP tendrá que ser él el sancionado por falso testimonio e injurias."

Mientras que el padre se toma su tiempo para tomar una decisión se reúnen los hermanos PP, Ciudadanos e IU en una comisión de investigación recopilando datos, estudiando informes, entrevistando a gente, etc. Pero Dalda no quiere tomar parte porque dice que quien tiene que aclarar el asunto es el padre.

La comisión de investigación concluye con el dictamen de que los hechos han sido probados y ha habido prevaricación por parte del PSOE y hay que reprobarlo, que es como decirle que ha sido un niño malo y esas cosas no se hacen.

De esta manera queda manchada la credibilidad de nuestro alcalde y de nuestra concejala de Festejos y su imagen, que pasa a ser la de políticos corruptos por las conclusiones firmes alcanzadas por PP, Ciudadanos e IU.

Llegado el día, dice el juzgado que –examinados los documentos aportados– no ve indicios de prevaricación y decide que archiva el caso. De esta manera queda limpia tanto la imagen del alcalde como de la concejala, que sacan pecho ante los demás. El PSOE recupera la credibilidad y honestidad perdida tras las conclusiones de toda una comisión de investigación.

¿Y ahora qué? ¿Qué hubiese pasado si el señor Dalda no hubiese puesto el caso en manos del juzgado?

Seguro que hubiese prevalecido la decisión de la comisión de investigación, quedando el alcalde y la concejala como prevaricadores, con una imagen nefasta.

A pesar de las críticas recibidas por el edil independiente por parte de todos, de ser acusado de judicializar la política, resulta evidente que en este caso ha beneficiado al equipo de gobierno, que gracias a esto ha limpiado su imagen ¿O no?

El juzgado ha dicho que no ve indicios de prevaricación pero tampoco se ha pronunciado sobre el hecho de que la oposición haya incurrido en un delito de injurias y falsas acusaciones.

Yo llego a la conclusión de que si hay que acusar de algo al concejal solitario es de "chivato", las acusaciones al resto de concejales y grupos políticos las dejo en manos de los lectores.

Respecto a la queja del resto de concejales de judicializar la política creo que la democracia se basa en la división de poderes. Todo ciudadano que comete un delito está sujeto a la justicia, ¿Por qué un político no lo va a estar? ¿Es lógico que pueda campar a sus anchas y someterse simplemente a una reprobación sin responsabilidad ninguna? Y si el grupo político tiene la mayoría de concejales ya ni siquiera es reprobado. Como decía mi madre: "Dame pan y dime tonto".

Que tengan ustedes un buen día.

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