Inmaculada Ruiz, vecina de Lucena, nos envía el siguiente texto y las fotos que lo acompañan:
Me parece lógico que las pandillas de chicos/as tomen las calles de Lucena para el ocio, para reunirse durante todo el año, que se apropien de determinados lugares en los espacios públicos de nuestros parques o recovecos de nuestra localidad.
También puedo entender que, una vez reunidos, consuman bolsas de aperitivos tamaño XXX hipercalóricos, comida basura y bebidas energéticas o alcohol. Que lleven dichos productos tras comprarlos en los comercios del pueblo o los pidan por telefono o por Internet y que los servicios de mensajería se los lleven hasta su ubicación en parques públicos como el trasero del Valle, circunvalaciones de Lucena, plazas, pistas deportivas, barriadas periféricas, callejones apartados, zonas de aparcamiento de la Era del santo, etc.
Lo que no me parece lógico, es que su espacio tenga que ser marcado diariamente por los rastros de la basura que dejan en dichos espacios públicos, por vómitos y restos de orina, etc. O que esos espacios aparezcan marcados con pintadas en spray, con rótulos reivindicativos de su identidad de banda urbana, que no dudan en grabar y colgar en las redes sociales mostrando sus rostros y sus actos vandálicos con total impunidad, grafitis sin valor artístico alguno, sin mensaje social que los visibilice como colectivo que tiene algo que decir, algo que aportar a la sociedad, para ser vistos o escuchados .
Esos espacios son de todos/as, los pagamos todos/as con nuestros impuestos y no hay empresa pública o privada de mantenimiento o limpieza que pueda recoger los kilos y kilos de basura que producen nuestros chicos/as en pandilla en Lucena. Esos despojos o destrozos que cada mañana o noche encontramos otros al pasear, al caminar, al movernos por el pueblo, por sus espacios públicos poco vigilados y cuidados en parte por estos jóvenes, que han sido educados con planes educativos como Aldea o Recicla y que serán los herederos del planeta.
Inmaculada Ruiz
