La asociación Animales en Apuros, que gestiona en Lucena el único refugio de la ciudad que cuida de los gatos abandonados, ha anunciado el cierre de este servicio ante la imposibilidad de sostenerlo económicamente por más tiempo, tras acumular una deuda de más de 3.000 euros, debido a la falta de ayudas municipales.
Este servicio no forma parte de los incluidos en el contrato que mantiene el ayuntamiento con una empresa privada para la recogida y cuidado de los animales callejeros y/o abandonados, por lo que este albergue ha venido siendo prácticamente la única posibilidad para los gatos abandonados, para los que también gestionan acogidas temporales y adopciones, ocupándose de manera permanente de aquellos ejemplares que por su estado de salud, por su edad, o por su carácter no socializado, no pueden entregarse en adopción, manteniendo hasta 80 animales de media en sus instalaciones.
Desde la asociación aseguran que han llegado al "tope de endeudamiento" que podían permitirse, por lo que se verán obligados a cerrar el refugio y añaden que "desde el Ayuntamiento únicamente hemos recibido este año que termina buenas palabras y promesas de que, como en 2023, recibiríamos alguna ayuda económica". De hecho, la ayuda, 7.000 euros anuales, estaba prevista en el presupuesto municipal, pero, según Animales en apuros, "una excusa tras otra ha retrasado permanentemente la firma del convenio", abocando al colectivo a adoptar esta drástica solución.
Además, desde Animales en apuros se señala que el cierre del refugio se suma a otros graves problemas, como la falta de castraciones de gatos comunitarios desde hace ya meses, lo que hará crecer de forma descontrolada las colonias de gastos ferales, que actualmente se cifra en unos 800 ejemplares repartidos en decenas de colonias por distintos puntos del casco urbano.
EL AYUNTAMIENTO SEÑALA OBSTÁCULOS LEGALES PARA MANTENER EL CONVENIO
El concejal delegado de Sanidad Animal, Javier Pineda, ha señalado esta semana que la entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal, en septiembre de 2023, ha dificultado la renovación del convenio. Según explicó, el acuerdo anterior, vigente de enero a septiembre de 2023, no se pudo prorrogar debido a los nuevos requisitos legales. "Estamos trabajando para adaptar el convenio a la legalidad vigente", afirmó, señalando que el principal problema radica en que el refugio utilizado por Animales en Apuros no puede ser declarado como núcleo zoológico, una exigencia de la nueva legislación. La ubicación del refugio, en un suelo industrial, impide que se cumpla con este requisito.
Pineda reconoció la importancia del trabajo de la asociación y afirmó que el Ayuntamiento está explorando opciones para resolver el problema, incluso de forma transitoria. "Estamos trabajando con los técnicos de distintas delegaciones para encontrar una solución, ya sea un traslado a una zona adecuada o la regularización de la infraestructura actual", añadió
El edil admitió que el control de colonias felinas es una función que, en última instancia, debería asumir el Ayuntamiento. Sin embargo, destacó las dificultades para gestionar esta responsabilidad mientras se ajustan las condiciones legales.
Aunque no se descartan soluciones temporales, la regularización del refugio o su traslado a un lugar adecuado parece ser la única vía para garantizar la continuidad del servicio. Pineda reiteró el compromiso del Ayuntamiento para solucionar la situación y aseguró que las conversaciones con la asociación continuarán.
ANIMALES EN APUROS AFIRMA QUE LA MISMA LEY PERMITE EN OTROS MUNICIPIOS LOS CONVENIOS
Desde el colectivo se reconoce que el refugio no está declarado como núcleo zoológico, pero se mantiene que "el 99 por ciento de los refugios existentes tampoco cumplen este requisito y ello no ha sido obstáculo para poder mantener vigentes sus convenios", una situación que según Joaquín Campos, presidente de Animales en Apuros, se produce en todos los municipios de la comarca que cuentan con un servicio similar. De otra parte la asociación recuerda al ayuntamiento que, desde la entrada en vigor de la nueva ley se está incumpliendo de forma sistemática, al no disponer el consistorio de un Plan Colonial Felino, ni de personal para el control de estas colonias o de un refugio para estos animales. Del mismo modo se incide en que es precisamente la falta de recursos y el volumen de deuda acumulada debido a la falta de ingresos, la que impide cualquier posibilidad de iniciar los trámites para la declaración de sus instalaciones como núcleo zoológico, un trámite que muchos ayuntamientos están asumiendo incluso con fondos propios.
La suspensión de actividades de Animales en Apuros pone en evidencia la importancia de contar con infraestructuras adecuadas y adaptadas a la normativa, así como de establecer colaboraciones sólidas entre el sector público y las asociaciones que trabajan.