La sesión plenaria para la constitución de la nueva corporación municipal de Lucena se desarrolló en el habitual ambiente de solemnidad que requiere la ocasión, aunque también dejó algunas anécdotas y curiosidades.
La primera de ellas, el hecho de que la Mesa de Edad estuviese formada por los dos únicos miembros de Vox en el nuevo plenario. Así, Laura Sánchez fue la primera en sentarse en el sillón reservado al alcalde o alcaldesa de la ciudad, como edil de mayor edad, mientras que su compañero de partido, Francisco de Mora, lo hacía a su lado como benjamín del pleno.
También hay que anotar en el capítulo de anécdotas la efusividad de la propia Laura Sánchez al colocar las medallas a buena parte de los nuevos concejales tras la solemnidad del acto de juramento, relajando el ambiente con una amplia sonrisa antes de fundirse en besos y abrazos con los nuevos corporativos o el despiste de María de la O Redondo, que estuvo a punto de volver a su escaño sin recoger su medalla corporativa.
Pero posiblemente la más llamativa fue la protagonizada por el único edil de IU, Miguel Villa, que se dirigió al atril en el que descansaba la Constitución Española para prometer su cargo de forma personal y diferente a la del resto de concejales: "Prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente las obligaciones del cargo de concejal del Excelentísimo Ayuntamiento de Lucena, con lealtad a mis vecinos y vecinas y a mis principios políticos: republicanos, feministas y de defensa del medio ambiente, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del estado". La fórmula elegida despertó el murmullo de los asistentes que llenaban el salón de plenos, e incluso puedo oírse algún silbido y gesto de desaprobación, silenciados por el aplauso de la mayor parte del público tras cada uno de los juramentos o promesas. Por cierto, se impusieron los primeros por quince a seis.
La sesión también dejó momentos de palpable emoción y algún amago de sollozo. Primero, cuando Juan Pérez, visiblemente emocionado, entregó el bastón de alcalde a Aurelio Fernández, uniéndose en un abrazo con este. Más tarde, cuando el nuevo regidor no pudo contener algún gimoteo al agradecer el apoyo incondicional de su familia y recordar a su padre: "¿Qué pensaría hoy de su hijo el pequeño? Seguro que diría algo así como: con mi niño el chico me va a doler la cabeza" y nuevamente, por parte de Juan Pérez, tras la larga y generalizada ovación de los asistentes, tras las sentidas palabras de agradecimiento a su labor por parte de su sucesor en el cargo, deseándole lo mejor en su nueva etapa.
Entre abrazos, besos y felicitaciones, el pleno se cerró con la habitual foto de familia, la primera de la nueva corporación que regirá los designios de la ciudad durante estos cuatro años, cuyas páginas se abren, emocionantes y repletas de ilusión para los nuevos concejales, y cargadas de esperanza para el conjunto de la ciudad.
