Rafael Madrigal, un lucentino en la zona cero del coronavirus en Italia

"Aquí nadie tomó en serio la amenaza hasta que no empezó a ver las ambulancias llegando a las puertas de sus vecinos".

20 de Marzo de 2020
Rafa Madrigal con su esposa, Irene y uno de sus perros en Le Tamerici, su alojamiento rural.
Le Marche es una región del centro-este de Italia, colindante con las comarcas de Abruzzo, Lazio, Umbria, Toscana, Emilia Romagna y la costa del Adriático, donde conviven paisajes de montaña, playas, culturas seculares y una extraordinaria gastronomía.

En una pequeña población de Le Marche, Terre Roveresche, decidió establecer su hogar hace casi cuatro años Rafael Madrigal Ruiz, un lucentino de 36 años de edad, junto a Irene, su esposa, italiana. Ambos crearon con mucho trabajo personal Le Tamerici, una casa rural, tipo "Bed and Breakfast", circundada por un hermoso paisaje y un "biolago" que la convierte en un lugar idílico y visitado por parejas y familias amantes del contacto con la naturaleza y de un entorno que los habitantes de Le Marche dicen que "no se visita, se siente".

Hoy esta región italiana es una de las más afectadas por la plaga en la que se ha convertido el coronavirus COVID-19 y que ya deja en ese país más de 40.000 contagiados –más de la mitad ingresados en centros hospitalarios colapsados– y casi 3.500 muertes, con casi medio millar de fallecidos por día en las últimas jornadas.

"En nuestra provincia el virus avanza muy rápido, tenemos más de 70 muertos y 1350 positivos desde que el 21 de febrero comenzó todo esto y en los últimos días se producen unos 125 contagios diarios", señala Rafael, que desde su auto confinamiento obligado en la casa que ha restaurado año tras año con sus propias manos junto a su esposa, intenta encontrar cada mañana en la televisión o internet un dato esperanzador frente a la pesadilla del coronavirus.

Al temor por verse afectado por el COVID-19 Rafael Madrigal suma otras preocupaciones. Una de ellas es el primer embarazo de su mujer y las dificultades para acceder en unas condiciones de seguridad razonables a la asistencia médica que precisa.

"Cuando entras en el hospital te das cuenta de cómo está la situación. Los centros están totalmente desbordados y el panorama es desesperante. Ves el miedo en las miradas de la gente. Ahora ni siquiera puedo entrar con Irene, por seguridad", nos comenta Rafael.

La otra preocupación es económica. El hundimiento total del sector turístico de la comarca ha dejado el libro de reservas de Le Tamerici repleto de anulaciones: "Un día sentimos la necesidad de echar raíces con un proyecto común para crecer juntos y creamos esta casa, a la que hemos dedicado nuestros últimos años. Ahora empezábamos a ver el fruto de nuestro trabajo. Estábamos listos para empezar la temporada alta y teníamos reservas a seis meses vista. A día de hoy no ha quedado ninguna", afirma.

Desde su experiencia personal, Rafael Madrigal pide a los lucentinos "que respeten al cien por cien la cuarentena" y asegura que "es la única manera de superar esto". Cree que "los españoles deben aprender de lo que está pasando en Italia, donde nadie se tomó en serio la amenaza hasta que no empezó a ver las ambulancias llegando a las puertas de sus vecinos para recogerlos".

Rafael señala que por ahora "no hay esperanza y las noticias son cada día más negativas" y esto debe servir de ejemplo para que en España, en Córdoba y en Lucena no pase lo mismo".

"Os deseo mucha fuerza, mucha suerte y mucha paciencia" concluye este lucentino afincado en Italia, que nos invita a visitar su tierra de adopción "cuando todo esto haya terminado".

 

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