La orden realizará una reestructuración que obligará al cierre de algunas de sus comunidades debido a la falta de vocaciones y la avanzada edad de muchas de las hermanas. Las Salesianas llegaron a Lucena hace tres años, han gestionado el comedor social y han realizado labor pastoral en las parroquias de la Sagrada Familia y Santiago. El comedor se seguirá gestionando desde la parroquia.