El Ciudad de Lucena solventa con facilidad el derbi frente al Atlético Espeleño (4-0)

Los chicos de Diego Caro hicieron los deberes antes del descanso con los goles de Iván Henares y Diego. Tras una primera parte espesa, la segunda estuvo marcada por la doble expulsión en el cuadro visitante y el doblete de Quique Roldán para los locales.

16 de Diciembre de 2018

El fatídico puente marcó un punto de inflexión en los resultados del Ciudad de Lucena. Tras el empate y la derrota llegó la victoria en el campo del Conil y esta tarde, con efectividad pero sin buen juego, resolvieron la visita de otro equipo cordobés, el Atlético Espeleño, quien no ha conseguido encadenar dos victorias consecutivas en esta campaña.

Hoy tampoco iba a ser el día pese su buen arranque del partido. El conjunto de Espiel desplegó su fortaleza aérea estrellando un cabezazo de Troyano en el travesaño. Pero quien materializó el peligro y estuvo efectivo de cara a puerta fue el Ciudad. Mario ejecutó un eléctrico movimiento para zafarse de la presión y ampliar su campo de visión. Allí divisó a Iván Henares, quien no se puso nervioso y batió a Jose en el mano a mano con un golpeo sutil.

En vez de buscar un mayor control del esférico y calma en la primera media hora, los lucentinos fueron más directos que nunca con envíos largos y carreras constantes de Marwan. El astuto delantero sacó rápidamente una falta provocada por el mismo y habilitó a Diego para que este aprovechase la posición adelantada del guardameta con una precisa vaselina.

La efectividad también se abrió paso tras la reanudación, aunque el factor diferencial no fue este. La inferioridad en el marcador se trasladó a la nómina de Jose Ángel Garrido con dos expulsiones, una dudosa y otra justa. El primero en recibirla fue el exlucentino Troyano, quien se fue ovacionado tras recibir la segunda amarilla al caer en la trampa de Marwan.

El enérgico delantero fue sustituido por Quique Roldán, quien recogió el testigo del partido. Nada más entrar, el nuevo ariete celeste forzó otra baja en el plantel visitante. Activó el turbo y Fede se vio obligado a derribarlo con una dura entrada por detrás. Posteriormente, empleó su varita del gol y protagonizó su tercera exhibición consecutiva de cara a portería. En esta ocasión y por partida doble, el guardameta tuvo que extraer el balón de las mallas en apenas cinco minutos. Sin embargo, gracias a este y sus milagrosas intervenciones la goleada no se vio incrementada en la recta final.

Sin casi añadido y bajo la niebla asentada en el Estadio Ciudad de Lucena ambas escuadras se retiraron de un campo donde los asistentes colaboraron con una cantidad de alimentos a cambio de la entrada. Además, estos vieron como su equipo mejora progresivamente y escala al décimo puesto, dejando a su paisano en la penúltima posición.

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