Saigón 32: un homenaje al barroco de Hurtado Izquierdo

SAIGÓN 32: UN HOMENAJE AL BARROCO DE HURTADO IZQUIERDO

18 de Octubre de 2021
 Portada del número 32 de "Saigón"
Portada del número 32 de "Saigón"

Parece que el número 32 de la revista Saigón ha tomado aquel verso de Ana Blandiana que dice «espera a que llegue octubre». Después de una larga ausencia, este mes tendremos en Lucena este nuevo número que trae –y por eso la he citado– una entrevista, que firmamos Gema Albornoz y quien escribe estas líneas, a Ana Blandiana, la gran poeta rumana, una de las imprescindibles de Europa, con quien no solamente hablamos de literatura sino también de la libertad y de su labor a favor de la memoria de las víctimas del comunismo. 

Diecinueve nombres más o menos reconocidos del panorama literario encontraremos en estas páginas: poesía (Manuel Casares, María Rosal, Raquel Lanseros, Gema Albornoz, Santiago Moure, José Manuel Pozo Herencia, Eva Moure, Luis Ángel Ruiz, Patricia Luque, María Jesús Soler Arteaga, Francisco Álvarez Koki, Natalia Carbajosa y menda), narrativa (Maximiliano Sacristán, Francisco J. Segovia, José Manuel Moreno y Tomás Illescas) y ensayo (Julián Valle y José Manuel Valle). Y pido disculpas por no entrar en sus apreciadas aportaciones, tarea que dejo pendiente para el futuro, pues quiero destacar el motivo principal de este número 32: el barroco de Hurtado Izquierdo. La cubierta ya nos da un aviso: las columnas salomónicas nos llevan al arte, este concretamente al de la portada de nuestra iglesia de San Pedro Mártir, fechada en 1721, atribuida a Leonardo Antonio de Castro, que en este año ya hacía tiempo que seguía los trabajos fascinantes y novedosos de Hurtado; por esto mismo, en el interior de Saigón tampoco podían faltar imágenes del Sagrario de San Mateo (aportadas por Conrado Castilla), la obra «que le consagra como uno de los grandes arquitectos del Barroco español», en palabras del eminente profesor Jesús Rivas Carmona. 

Una de las fotografías de interior es la portada de la Iglesia del Sagrario de Granada, que modificó otro eximio arquitecto lucentino: José de Bada. Si a Leonardo Antonio de Castro no le costó asimilar las tendencias del momento y emplear la columna salomónica, Bada optó por lo contrario y dio a la portada de esta iglesia granadina un aspecto más clásico. El resto de fotografías del interior nos da una buena muestra del arte de Hurtado, tanto de su propia obra como de otras en las que intervino con otros artistas: el retablo de Santiago de la catedral de Granada, el retablo mayor del santuario de la Virgen de Araceli (Acisclo Muñoz), la portada de la iglesia de San Martín de Lucena (Juan Trujillo) y la ermita de la Alegría de Córdoba. Es aquí oportuno recordar que Hurtado había revolucionado el uso de la luz en el barroco desde que construyera la capilla del Cardenal Salazar de Córdoba y, en especial, el Sagrario de la Cartuja de Granada. 

También hay literatura sobre Hurtado en el interior de Saigón 32, pues la decimotercera edición del premio de la revista estuvo dedicado al artista. Maximiliano Sacristán ganó la modalidad de microrrelato con «Dos especulaciones» sobre cómo pudo nacer el interés de Hurtado por la luz; por su parte, Manuel Casares logró el de poesía con el «Romance de Hurtado»:

 

¿Quién ese lucentino

que rezuma tanta maña?

Es Hurtado, monseñor, 

llegó al Reino de Granada

tras en Córdoba asombrar

con sacristías de plata.

 

Y hubo un accésit de poesía, cuyo ganador y texto animo a descubrir en la presentación que se realizará este 21 de octubre en el Palacio de los Condes de Santa Ana.

 

Manuel Guerrero Cabrera

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