Giro final respecto a la disolución de la empresa municipal Suelo y Vivienda de Lucena SA (Suvilusa). Aunque en mayo del pasado año se decidió su desaparición e integración en el Ayuntamiento, su consejo de administración decidió ayer, no solo el mantenimiento de la mercantil, sino su actualización y potenciación de cara a los próximos años, poniendo el acento en su vertiente social.
El proceso de disolución se encontraba estancado a falta de finalizar la memoria justificativa de la decisión desde un punto de vista jurídico, social y económico. Aunque la mayor parte de los informes solicitados daban viabilidad técnica a la operación, ayer los consejeros tomaron en cuenta algunos aspectos reflejados en estos informes sobre la conveniencia de mantener esta herramienta para agilizar cualquier proceso administrativo, aunque incidiendo en su vertiente social, siguiendo una propuesta formulada en una reunión previa por el grupo municipal Ciudadanos, a la vista de los reparos y recomendaciones de parte de los informes.
Asi, Suvilusa tomará un nuevo rumbo, descartado a corto plazo su papel primigenio como promotora de viviendas de protección oficial, y cambiará sus estatutos para centrarse en una gestión profesional de la bolsa de viviendas sociales existente y en la adquisición de pisos para este mismo fin procedentes de promociones bancarias o privadas sin uso.
Entre los acuerdos alcanzados figuran la cobertura de dos plazas vacantes para un trabajador social y un empleado que realice funciones de control en las distintas promociones municipales y enlace entre los vecinos y la empresa.
No obstante, dado que apenas restan tres meses para la finalización del actual mandato corporativo, los grupos decidieron que sea la nueva corporación la que impulse estas medidas, optando de forma provisional por la contratación por seis meses de una empresa que se haga cargo del mantenimiento de las promociones, y un trabajador social externo para empezar a poner en marcha el nuevo giro de la empresa.
La decisión contó con el voto favorable de todos los grupos, salvo IU, que decidió abstenerse.
La empresa municipal de Suelo y Vivienda de Lucena SA (Suvilusa) fue creada en 1994 como instrumento para el desarrollo de la política de vivienda y suelo en unos momentos de elevado precio de ambos y ha contado con una azarosa existencia. Pese a haber promovido decenas de viviendas de protección oficial, casi siempre atravesó dificultades de liquidez, derivadas de los problemas para vender, acrecentados por la crisis inmobiliaria y las barreras de las entidades bancarias a la concesión de créditos hipotecarios. Ahora, se pretende enfocar su objeto social como agencia de vivienda protegida, teniendo entre sus funciones las de adquirir viviendas vacías en el mercado local –se dispone de una primera partida de 350.000 euros procedente del presupuesto municipal de 2022, no aplicada– así como las de gestionar la bolsa de demandantes de este tipo de viviendas, control de la morosidad, intermediación vecinal o seguimiento de las concesiones, primando los aspectos sociales de la empresa.
